FUERA DE FOCO, CON BRYAN ACUÑA – Hace unos años, el politólogo y especialista en desarrollo urbano canadiense Robert Muggah planteó una hipótesis sobre la polarización del poder global y una completa redefinición del liderazgo mundial que podría hacerse realidad hacia el año 2030, con una atomización del poder que potenciaría la dispersión del mismo en ciudades más que en estados. Hablaríamos de un mundo apolar, aunque con la remanencia de potencias como EE.UU., China y Rusia, junto (en menor medida) a India, Alemania y Japón. La evolución internacional de Israel también parece apuntar en ese sentido, apostando no a un único bando (conservadores estadounidenses) sino también ahondando las relaciones con Moscú, incrementando la balanza comercial con China (que es su segundo importador mundial) o la India, incluso con países árabes que acercan posiciones, no sólo por la coincidencia de intereses geopolíticos contra Irán.