UNA MIRADA A LA HISTORIA – La figura de Jacob Rodrigues Pereira (afrancesado Jacob Rodrigue Péreire) es prácticamente desconocida en España, fuera de su localidad de nacimiento extremeña en Berlanga, de donde es también Miguel Núñez, psicólogo y periodista, quien nos habla del primer profesor de sordos de Francia y precursor de su lenguaje de signos, nacido hace justamente 300 años, un 11 de abril de 1715 y muerto en 1780. Debido a su origen criptojudío y las acusaciones de herejía que pendían sobre su familia, ésta se trasladó a Portugal y luego a Burdeos, en Francia, donde abrió diversos centros educativos en los que admitía a personas sordas. Para su educación, adoptó el alfabeto manual de Juan Pablo Bonet, añadiendo 30 figuras correspondientes a sonidos en lugar de a letras. Por ello es considerado como uno de los inventores de la lengua manual para sordos y se le atribuye el ser la primera persona en enseñar a hablar a una persona sorda no verbal. En 1759, fue nombrado miembro de la Royal Society de Londres. Durante su vida se dedicó a proteger el bienestar de los judíos del sur de Francia, Portugal y España. En 1749 era agente voluntario de los judíos portugueses en París. En 1777, sus esfuerzos proporcionaron a los judíos venidos de Portugal el derecho a establecerse en Francia. En 1876 los restos de Pereira fueron trasladados del Cementerio de los Judíos portugueses de La Villette al Cementerio de Montmartre. Sus nietos, los hermanos Péreire, fueron unos famosos financieros y banqueros franceses durante el Segundo Imperio.