EL BUEN NOMBRE, CON ALEJANDRO RUBINSTEIN – Pese a que Abraham fue el nombre del primer judío (en realidad, el primer monoteísta, según el relato bíblico que es base también del cristianismo y el islamismo), casi no hay rabinos u otros personajes que utilicen ese apelativo hasta después de la época talmúdica. La suma de los valores de las letras hebreas que lo conforman es de 248, igual que los precepctos positivos (no de prohibiciones o restricciones) entre los 613 de la halajá. La huella de este nombre no sólo se ha transmitido a personajes destacados de la historia (como Abraham Lincoln) sino también a muchos apellidos, de forma directa o fonéticamente tergiversada
