DE ACTUALIDAD – A las pocas horas del terrible atentado que segó en la mutual judía argentina AMIA la vida de 85 personas, tenía lugar en Panamá la explosión en vuelo 901 del Embraer EMB110 Bandeirante para la compañía panameña Alas Chiricanas que despegó a las 5:10 de la tarde de la ciudad de Colón en dirección a la de Panamá, en el que murieron 21 personas. En principio se trató como un accidente, incluso después de que fuera reivindicado la misma organización terrorista islámica inexistente que se atribuyó el atentado en Buenos Aires el mismo 19 de julio de 1994. Muy poco a poco se fue conociendo la autoría de un miembro de Hezbolá (cuyo cadáver nunca fue reclamado por nadie) y el verdadero objetivo: la docena de judíos que figuraban entre su reducida lista de pasajeros. La sospecha se confirmó el año pasado en una visita del presidente panameño a Israel, donde su primer ministro le hizo entrega del dossier completo de la investigación de sus servicios secretos, tal como nos relata el presidente de la Comisión Antidifamatoria de Bnei Brit Panamá David Djemal, en exclusiva para Radio Sefarad.