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‎21 Heshvan 5785 | ‎21/11/2024

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“Amanece en París”, de Paloma Sanz

“Amanece en París”, de Paloma Sanz

BIBLIOTECA DE LA DEPORTACIÓN, CON JAVIER FERNÁNDEZ APARICIO – Amanece en París es , como reza su subtítulo, “el testimonio de  un cántabro ,Ramiro Santisteban, que volvió a la vida después de pasar cinco años en Mauthausen”.

Paloma Sanz, narra su vida en tercera persona, introduciendo diálogos, pero basándose en los recuerdos que le transmitió el propio Santisteban, que entonces tenía ya 89 años.

Javier Fernández Aparicio se sirve de esta novela biográfica para hablarnos de los republicanos españoles víctimas de los nazis, de la especifidad de la Shoá y la especial crueldad nazi hacia los prisioneros judíos y recomendarnos más lecturas sobre el tema de la Biblioteca de la Deportación.  Ramiro Santisteban murió en París en 2019, con 98 años sin dejar de testimoniar y buscar  justiciaEra de noche cuando los nazis le apresaron. Asomaba el sol el día que conoció a Niní…

Cuando a los dieciocho años el mundo te empuja a sobrevivir en barracones de prisioneros, a observar cada mañana la siempre humeante chimenea de un horno crematorio, a escuchar el sonido metálico de las vallas electrificadas, a soportar la crueldad de los soldados nazis, en definitiva, cuando a los dieciocho años la vida te enfrenta al sinsentido del horror, solo el amor y la esperanza pueden salvarte de la locura.

Esta es la historia de Ramiro Santisteban, un español que al término de la guerra civil, tras huir de la Península y alistarse en el Ejército francés, acabó apresado por las tropas nazis y recluido en el campo de Mauthausen, clasificado como de tercera categoría: exterminio total. A sus casi noventa años y cuando se celebra el 65 aniversario del cierre de este campamento en el que fueron confinados más de siete mil españoles, además de su vida allí, rememora el momento en el que conoció a Niní, su mujer, su compañera, la madre de su hijo. Solo la comprensión y el cariño de esta francesa por cuyas manos pasaban los expedientes de los criminales nazis fueron capaces de hacerle olvidar el espanto en el que vivió durante los cinco años que pasó recluido en el infierno