LA CRÓNICA – Además de la conmoción e indignación que sacude a la sociedad argentina (y a la judía, en particular) por las sospechosas circunstancias de la muerte del fiscal del caso AMIA; Alberto Nisman Z”L, y del dolor de sus familiares y amigos, está la herida sin cicatrizar y periódicamente reabierta de los familiares de las víctimas de los atentados, desinflados de esperanzas robadas, ultrajadas, corrompidas, vendidas y disfrazadas, como nuestra amiga, la periodista israelí de origen argentino Roxana Levinson, familiar tanto de una víctima del atentado de la AMIA en 1994 como del de la Embajada de Israel en la misma ciudad en 1992