“Anita” (2009), de Marco Carnevale
FILMOTECA, CON DANIELA ROSENFELD – Actores: Norma Aleandro, Luis Luque, Leonor Manso, Peto Menahen, Alejandra Manso, Mercedes Scapola.
El 18 de julio de 1994, Argentina sufrió uno de los peores atentados antisemitas de su historia, el atentado de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina). Desgraciadamente el tema del antisemitismo y sus diferentes manifestaciones vuelve a ser noticia de portada. La película se ambienta en ese mes en Buenos Aires, Dora (Norma Aleandro), dueña de una papelería del barrio porteño de Once, vive con su hija Anita (Alejandra Manso) que tiene síndrome de Down, en el mismo edificio de la librería. Dora pasa sus días atendiendo su librería y cuidando a Anita. El día del atentado, el 18 de julio, Dora deja a Anita en la papelería y se dirige a la sede de la AMIA, que queda a pocos metros de su casa, a cobrar la pensión que recibe por tener una hija con síndrome de Down. En ese momento se produce el atentado. Como consecuencia de la explosión Dora muere y su casa y la librería sufren importantes daños. Anita, aturdida y confundida por la situación sale de su casa y se pierde en la ciudad. Ariel (Peto Menahen) -hermano de Anita e hijo de Dora- junto con su esposa, al enterarse del atentado se dirigen a la casa de su madre y al no verlas comienzan la búsqueda. Anita, perdida en la ciudad, buscará protección y en el camino se encontrará con Félix (Luis Luque), una familia de coreanos y Mari, una enfermera (Leonor Manso), que intentaran ayudarla
Una película protagonizada por una joven con síndrome de Down invita a utilizar golpes bajos que, afortunadamente, el director evade con inteligencia, construyendo una reflexión sobre la responsabilidad, el amor y cómo la vida puede cambiar en un instante. Ese instante es el atentado a la AMIA en julio de 1994. Aquella fría mañana Anita esperaba a su madre, y llega la tragedia. Aturdida y absorta en su realidad, parte sin rumbo fijo en medio del desconcierto ante la inesperada explosión. Es en ese momento cuando la película toma la primera decisión acertada, mostrar la sorpresa y rechazo que causa Anita a las diferente personas con las que se cruza en su devenir por la ciudad. La primera reacción es el rechazo a lo ajeno, a lo distinto.
“Anita” es una película que apuesta por la inteligencia del público. Al comienzo del filme vemos cómo Anita y su madre se duermen tomadas de la mano desde sus camas separadas. Luego de la explosión, la protagonista, cuyo paseo dominical por el zoológico se canceló por el deseo de su hermano de ver el mundial, se detiene en el escaparate de una tienda de electrodomésticos donde mira anonada la imagen de un elefante en el único televisor que no transmite la cobertura del atentado. Son momentos pequeños y cotidianos, pero sintomáticos de una dependencia absoluta y de la vida en un mundo propio donde no hay lugar para atentados y violencia.
Otro gran acierto es la actriz protagonista, escogida después de un largo casting, que interpreta un papel muy complicado y logra convencer. Otro momento destacado es la puesta en escena de la explosión y el paseo posterior de Anita por las calles desiertas y polvorientas que son de una factura técnica impecable.
“Anita” es una película que nos hace reflexionar sobre los prejuicios, propios y ajenos y el profundo estupor frente a la violencia y la falta de compromiso que queda resumido en la frase final de la película: “A veces quisiera preguntarle a Dios por qué permite que haya tanto odio, violencia e injusticia en el mundo cuando podría hacer algo al respecto… pero sé que Él me haría la misma pregunta”.