EL BUEN APELLIDO, CON ALEJANDRO RUBINSTEIN – Los acrónimos son palabras acuñadas deliberadamente de la fusión de otras. Pueden ser siglas (como, por ejemplo en hebreo, RAMBAM, para referirse a Rabi Moshe Ben Maimón), o puede formarse al unir parte de dos o más palabras (como es el caso de KATZ (Kohen TZedek). Muchos de estos acrónimos refieren a alcurnias como el apellido Barshai, que refiere a Bar Rabí Shmuel Yosef. En España nació y vivió Rashba (Rabí Shlomó Ben Adret), pero a veces incluso las iniciales que componen el acrónimo refieren a frases como SHeijié Leorej Yamím Tovím Amén (SHaLITA).