LOS PASOS DE SEFARAD EN EL NUEVO MUNDO, CON DAVID ROSENTHAL – La inmigración a la Patagonia argentina fue un proceso complicado, sobre todo a raíz de la relación entre el gobierno nacional y la comunidad árabe en el país. Ya en 1899, Juan Alsina, director de la Dirección Nacional de Inmigración, comentaba en un informe al Poder Ejecutivo que los inmigrantes sirios «pertenecen a la clase más baja de su país, carecen de la flexibilidad y de la mayoría de las aptitudes sociales y físicas que les facilitarían su incorporación y su adaptación a una sociedad que difiere de la propia». Wenceslao Escalante, ministro de Agricultura, informa al Congreso Nacional en 1902, a raíz de la discusión sobre la Ley de Residencia, que «la inmigración siria es exótica y poco útil a nuestro medio, pues la mayoría se compone de vendedores ambulantes».
Veneroni: Sirios, libaneses y argentinos; p. 323.