Bezot habrajá, con el rabino Yerahmiel Barylka

PARASHÁ – Capítulo 33
33:1 Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que muriese.
33:2 Dijo: Dios vino de Sinaí, y de Seir les esclareció; resplandeció desde el monte de Parán, y vino de entre diez millares de santos, con la ley de fuego a su mano derecha.
33:3 Aun amó a su pueblo; todos los consagrados a él estaban en su mano; por tanto, ellos siguieron en tus pasos, recibiendo dirección de ti,
33:4 Cuando Moisés nos ordenó una ley, como heredad a la congregación de Jacob.
33:5 Y fue rey en Jesurún, cuando se congregaron los jefes del pueblo con las tribus de Israel.
33:6 Viva Rubén, y no muera; y no sean pocos sus varones.
33:7 Y esta bendición profirió para Judá. Dijo así: Oye, oh Dios, la voz de Judá, y llévalo a su pueblo; sus manos le basten, y tú seas su ayuda contra sus enemigos.
33:8 A Leví dijo: tú Tumim y tú Urim sean para tu varón piadoso, a quien probaste en Masah, con quien contendiste en las aguas de Meriba,
33:9 Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los he visto; y no reconoció a sus hermanos, ni a sus hijos conoció; pues ellos guardaron tus palabras, y cumplieron tu pacto.
33:10 Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, y tu ley a Israel; pondrán el incienso delante de ti, y el holocausto sobre tu altar.
33:11 Bendice, oh Dios, lo que hicieren, y recibe con agrado la obra de sus manos; hiere los lomos de sus enemigos, y de los que lo aborrecieren, para que nunca se levanten.
33:12 A Benjamín dijo: El amado de Dios habitará confiado cerca de él; lo cubrirá siempre, y entre sus hombros morará.
33:13 A José dijo: Bendita de Dios sea tu tierra, con lo mejor de los cielos, con el rocío, y con el abismo que está abajo.
33:14 Con los más escogidos frutos del sol, con el rico producto de la luna,
33:15 Con el fruto más fino de los montes antiguos, con la abundancia de los collados eternos,
33:16 Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud; y la gracia del que habitó en la zarza venga sobre la cabeza de José, y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos.
33:17 Como el primogénito de su toro es su gloria, y sus astas como astas de búfalo; con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra; ellos son los diez millares de Efraín, y ellos son los millares de Manasés.
33:18 A Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres; y tú, Isacar, en tus tiendas.
33:19 Llamarán a los pueblos a su monte; allí sacrificarán sacrificios de justicia, por lo cual chuparán la abundancia de los mares, y los tesoros escondidos de la arena.
33:20 A Gad dijo: Bendito el que hizo ensanchar a Gad; como león reposa, y arrebata brazo y testa.
33:21 Escoge lo mejor de la tierra para sí, porque allí le fue reservada la porción del legislador. Y vino en la delantera del pueblo; con Israel ejecutó los mandatos y los justos decretos de Dios.
33:22 A Dan dijo: Dan es cachorro de león que salta desde Basán.
33:23 A Neftalí dijo: Neftalí, saciado de favores, y lleno de la bendición de Dios, posee el occidente y el sur.
33:24 A Aser dijo: Bendito sobre los hijos sea Aser; sea el amado de sus hermanos, y moje en aceite su pie.
33:25 Hierro y bronce serán tus cerrojos, y como tus días serán tus fuerzas.
33:26 No hay como el Dios de Jesurún, quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda, y sobre las nubes con su grandeza.
33:27 El eterno Dios es tu refugio, y acá abajo los brazos eternos; El echó de delante de ti al enemigo, y dijo: Destruye.
33:28 E Israel habitará confiado, la fuente de Jacob habitará sola en tierra de grano y de vino;
También sus cielos destilarán rocío.
33:29 Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvo por Dios, escudo de tu socorro, y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, y tú hollarás sobre sus alturas.

Capítulo 34
34:1 Subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró Dios toda la tierra de Galaad hasta Dan,
34:2 todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental;
34:3 el Neguev, y la llanura, la vega de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar.
34:4 Y le dijo Dios: Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá.
34:5 Y murió allí Moisés siervo de Dios, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Dios.
34:6 Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy.
34:7 Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.
34:8 Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés.
34:9 Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Dios mandó a Moisés.
34:10 Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Dios cara a cara;
34:11 nadie como él en todas las señales y prodigios que Dios le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus siervos y a toda su tierra,
34:12 y en el gran poder y en los hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.

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