EL ÍDISH HABLA POR SÍ MISMO – Reponemos una serie radiofónica de introducción al ídish con guión de Varda Fiszbein que Radio Sefarad produjo hace una decena de años bajo el título original “Ídish redt zij aleyn”.
¿Qué palabras aprendimos hoy?
Haskóle: de la palabra hebrea Haskalá, en pronunciación ídish. Con este nombre se conoce al movimiento judío de la ilustración, ya que el vocablo procede de la raíz séjel que, en lengua hebrea, significa mente o intelecto.
Yájne: chismosa, cotilla, correveidile.
A gútn tog: buen día.
Sréyfe: incendio, de la palabra hebrea sreifá, en pronunciación ídish.
Zij zetsn tsum tish: literalmente, sentarse a la mesa. En sentido figurado se utiliza para decir: “no hay con quién hablar”; el interlocutor no es válido, por diversas razones: porque no escucha, no se está de acuerdo con él, etc.
Oy vey: Ay de mí, expresión de lamento.
Kashnmajer: como en tantos otros casos, en éste el apellido del personaje procede de su oficio; Yósef tiene un molino donde muele káshe. Majer significa “el que hace”, o sea que se dedica a hacer o moler este cereal:
Káshe: trigo sarraceno, cereal muy utilizado en la cocina de la Europa del este y también ingrediente común de la cocina ashkenazí.
Shídej: concertación de boda, acuerdo de matrimonio; de la palabra hebrea shidúj, en pronunciación ídish.
Guesheftn: negocios; en singular guesheft.
El ídish y su acervo cultural
Haskalá / Haskóle: ilustración o “iluminismo”. Este movimiento comenzó a desarrollarse en la comunidad judía europea del este a finales del siglo XVIII, haciendo suyos los valores del siglo de las luces, con idea de conseguir integrar en el entorno a los judíos confinados en sus comunidades y cerrados a toda influencia exterior. Entre sus propuestas estuvieron el incremento de la educación en hebreo y no sólo en ídish, la profundización en la historia del pueblo judío y en materias de conocimiento secular y científico, sin restringirlos a una temática exclusivamente religiosa. Fue, en gran parte debido a la Haskalá que en la judeidad europea ashkenazi nacieron y cuajaron, en diversas organizaciones políticas y sociales, proyectos de emancipación y promotores de la igualdad de derechos de las minorías. Éstos, en algunos casos, fueron de carácter sionista y, otros, aunque manteniendo su singularidad y especificidad, proponían la integración a partidos políticos propios de los países de origen donde habitaban los judíos. Las importantes corrientes creativas judías en materia literaria, teatral, musical, etc., que vivieron un verdadero renacimiento a mediados del siglo XIX y que continuarían existiendo hasta la Segunda Guerra Mundial, estuvieron impregnadas de las ideas de la Haskalá, de las que fueron decisivas impulsoras.
El americano: este personaje, así como el de su padre, Yósef, y algunos de sus rasgos característicos o las anécdotas a las que se hace mención, pertenecen a la novela “Tío Mózes” del gran escritor en lengua ídish Shólem Ash.
Shólem Ash: nació en Kutno, Polonia, en 1880 y falleció en Londres en 1957. Vivió durante largo tiempo en los Estados Unidos y también un período en Israel. Escribió relatos, novela y piezas teatrales; fue uno de los escritores costumbristas en lengua ídish de mayor producción, gran parte de la cuál fue traducida al inglés y, al castellano, en América Latina. Él mismo tradujo alguna de sus obras al hebreo. En España, la editorial Ríopiedras incluyó varios de sus relatos en la antología de cuentos de escritores clásicos en ídish “Del corazón al cielo”, publicada en 2006.
Estatua: El personaje de Málke se refiere a la estatua de la Libertad, en la que está grabada la inscripción que menciona.