Centenario de Bernstein (V): la Tercera Sinfonía de Brahms
MÚSICA CLÁSICA – Si alguien sigue esta sección con asiduidad, ya sabrá que estamos dedicando desde hace algunas semanas un homenaje al prolífico y multifacético músico, director, compositor, pianista, musicólogo y divulgador Leonard Bernstein, de cuyo nacimiento se cumplirán cien años el próximo 25 agosto. En anteriores entregas hablamos de sus inicios, sus estudios y vida familiar. Hoy empezaremos a recorrer su larga y fructífera carrera artística, aunque antes una aclaración: no tiene parentesco con el compositor de bandas sonoras Elmer Bernstein. Durante muchos años seguramente fue el director de orquesta más conocido de EE.UU., entre otras razones, por su larga permanencia como director titular de la Filarmónica de Nueva York, desde 1944, aunque dirigió también muchas otras destacadas orquestas del mundo. Su primer puesto fue como sustituto de la mencionada filarmónica neoyorquina en 1943, con quien debutó cuando su titular Bruno Walter enfermó, alcanzando la fama de inmediato, ya que el concierto se retransmitía a todo el país. Acabada la Guerra Mundial, dirigió en 1947 a la entonces Filarmónica Palestina, antes que cambiara su nombre por el de Israelí. En 1949 dirigió el estreno mundial de la Sinfonía Turangalila de Olivier Messiaen. Después de la muerte de Serge Koussevitzky en 1951, Bernstein asumió durante muchos años la jefatura de los departamentos orquestal y de dirección de Tanglewood. Fue nombrado director titular de la Filarmónica de Nueva York desde 1958 hasta 1969. Hasta 1990 fue nombrado director laureado, y dirigió la orquesta hasta cinco días antes de su muerte. Pero, además, consiguió que la gente de la calle lo reconociera como una celebrity tras la serie de cincuenta y tres programas de televisión titulada Conciertos para jóvenes, en la que comentaba las obras que después interpretaba: el programa de música clásica que hasta hoy más ha durado en una televisión comercial del que se emitieron entregas desde 1958 hasta 1972. En esta ocasión lo oiremos dirigiendo a la Filarmónica de Viena en 1981 en la Tercera Sinfonía en fa mayor, opus 90 de Johannes Brahms, compositor que vivió entre 1833 y 1897, pieza articulada en los siguientes cuatro movimientos: Allegro con brio, Andante, Poco allegretto, y Allegro.