10 DE 10: LO MEJOR DE LA DÉCADA – En el discurso de Antonio Muñoz Molina al recibir el Premio Jerusalén 2013, criticó la intolerancia “tanto a los creyentes fanáticos como en los oportunistas políticos a los que les gusta alimentar y alimentarse de lo que el escritor David Grossman ha llamado ‘Los prejuicios y las ansiedades mitológicas en las que nos capturamos a nosotros mismos y atrapamos a nuestros enemigos’. Lo que la escritura logra es exactamente lo contrario. Leyendo literatura he aprendido a sospechar de las certezas y a apreciar los matices y las ambigüedades. Nunca quedamos libres de los peligros de la intolerancia y el barbarismo, en muchas instancias convirtiéndonos nosotros mismos en intolerantes o bárbaros, si desarrollamos la certeza de que la razón absoluta está en nuestra parte o que otras personas no merecen los mismos derechos que a nosotros nos pertenecen. He sido un ciudadano en democracia durante la mayor parte de mi vida. Pero en mi niñez y en mis años de adolescente fui sujeto a una dictadura, y por ello se me permitió experimentar de primera mano la fea cara de la sumisión voluntaria a un líder, la brutalidad policial y la ortodoxia religiosa forzosa”.