“Congreso de futurología” de Stanislaw Lem

CARTAS DE BABEL – Recogido del New York Times: “Leed a Lem: es un gran escritor y una de las mentes más poderosas de nuestros tiempos”. Lo hacemos con Congreso de futurología publicada por Alianza Editorial y que pertenece al ciclo de relatos protagonizados por Ijon Tichy. En ella Stanislaw Lem hace un magistral retrato de la aspiración al bienestar del hombre contemporáneo sirviéndose de la ironía y del humor.

Lem, autor de obras maestras como Solaris, está considerado uno de los escritores más radicales, visionarios e influyentes de la reciente literatura europea, y uno de los pocos escritores que siendo de habla no inglesa ha alcanzado fama mundial en el género de la ciencia-ficción.

Stanisław Lem, nació en 1921 en Lvov, ciudad de Ucrania que hasta 1939 perteneció a Polonia. En 1942 los judíos de Lvov son enviados a las cámaras de gas de Belzec, salvándose los Lem gracias a documentos de identidad falsos y a que lograron dejar el ghetto a tiempo.

El propio Stanisław Lem, dijo: “Me doy cuenta muy bien de las molestias que he causado y sigo causando a mis lectores. Precisamente porque cambio de diapasón y por el nivel de dificultad de mis obras. Mi ambición consistía en escribir siempre en el mismo nivel. Pero esto no se puede mantener. Simplemente, porque yo mismo cambio. He llegado a una conclusión bastante optimista de que el lector que compra mis libros es más sensato de lo que uno puede pensar, que incluso si no llega a comprenderlo todo, espero que mi compromiso con la problemática le anime y le enganche en la lectura”.

En Congreso de futorología -sobre la que se basa la película El Congreso de Ari Folman- Lem nos cuenta que tras un período de hibernación, Tichy es reanimado en el año 2039 y encuentra un mundo en el que impera la paz y reina un bienestar general; en esa sociedad controlada por la “psiquímica”, se aprende y se ama por medio de productos químicos, los sentimientos son manipulados y toda espontaneidad ha dejado de existir. Bajo una apariencia exterior de abundancia y de confort, Tichy descubre, sin embargo, una realidad sobrecogedora que supera la más fantástica alucinación.

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