LA PALABRA – Hace ahora una década, la ex ministra de Sanidad y ex secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, anunciaba nada menos que una “conjunción planetaria” al coincidir en el tiempo la presidencia europea de turno de España con José Luis Zapatero al frente, con la de Barack Obama en EE.UU., lo que suponía un llamamiento a revolucionar la historia del mundo. Al final, no hubo para tanto, según se entienda lo que revolucionar signifique. Sin embargo, este mes de abril de 2022 sí que marca una coincidencia poco habitual entre los calendarios de algunas de las efemérides más importantes de las tres religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e Islam (por orden de aparición histórica).
La clave está en la luna. La pascua judía (Pésaj) conmemora la salida de la esclavitud en Egipto y la consolidación de los hebreos como un único pueblo, más que la suma de varias tribus. Su fecha señala la luna llena del día 15 del mes de nisán (que antiguamente indicaba el inicio del año, coincidiendo con la renovación de la naturaleza en primavera). Por su parte, el cristianismo sitúa los sucesos de la Semana Santa en torno a la celebración de la pascua judía (la Última Cena no es sino el séder de Pésaj), o debería serlo, ya que dadas las características del calendario hebreo (que acumula días cada año de doce meses lunares de 29,5 días y los repone como mes adicional según una compleja fórmula) no siempre coinciden. Este año, sí lo hacen. Por su parte, el mundo islámico celebra cada año el Ramadán, en recuerdo de la primera revelación de Mahoma, con un mes de ayuno durante las horas diurnas. El calendario islámico, a diferencia del gregoriano (habitual en occidente) y el hebreo que reajusta los días faltantes, sigue únicamente la pauta lunar, con años de 354 días (con 6 meses de 30 días y 6 de 29) y otros de 355 (con 7 meses de 30 y 5 de 29) con una fórmula también compleja, pero que lleva a un continuo desplazamiento respecto a los calendarios gregoriano y judío.
Sin embargo, este 2 de abril de 2022 gregoriano comienzan el mes hebreo de nisán del 5782 y el mes islámico de ramadán del año 1443. En este caso sí que se trata de una conjunción muy infrecuente que convierte a los próximos días en sagrados para las tres religiones monoteístas, siendo su punto álgido el anochecer del sábado 16 de abril, coincidiendo con la luna llena, cuando los judíos celebramos la cena pascual, horas antes que los cristianos entren en el domingo de Resurrección y los musulmanes alcancen el ecuador de su ayuno mensual. Habrá que estar atentos a lo que suceda ese día, a pesar de que los habituales voceros mediáticos del Apocalipsis (generalmente más inspirados por números “redondos” que por las fases lunares) no han anunciado nada especial de momento para entonces.
Este abril de 2022 apunta maneras. Esperemos que también para aquellos que, enarbolando la fe, destruyen la vida humana. Eso sí, cuidado porque para el calendario ortodoxo ruso, la Pascua cae una semana después que para el resto. A ver si nos coordinamos mejor todos y en paz.
Jorge Rozemblum
Director de Radio Sefarad