LA PALABRA – El Sefer Yetzirá (Libro de la creación o formación), también conocido como Libro de Abraham es, junto con el Zohar, la principal fuente de la kabalá, el esoterismo judío. En él las veintidós letras del alfabeto hebreo se convierten en sendos canales de conciencia creativa divina, divididos en tres categorías: tres letras “Madre”, siete siete “Dobles”, y doce “Elementales”. Las tres letras “Madre” son la shin (que se corresponde con los meses de verano del calendario hebreo: Tamuz, Av y Elul) y el elemento fuego; la mem (letra de agua correspondiente al invierno y los meses Tevet, Shvat y Adar); y la trascendental álef de aire que ocupa el resto del año con las transiciones de primavera (Nisan, Yiar y Sivan) y otoño (Tishrei, Jeshvan y Kislev).
En cuanto a las letras “Dobles”, se definen así porque cada una de las siete expresa dos sonidos, uno suave y otro duro que se indica por un punto en el interior de la letra, y corresponden a los siete días de la semana. El primero, domingo, corresponde a la bet (suave, por ejemplo en aba, padre, y dura, casi como una p, en shabat, a veces transliterado como shabbat). El lunes se corresponde con la guimel, el martes con la dalet, el miércoles con la jaf (cuya versión dura podemos distinguir perfectamente como kaf), de forma análoga a la fei del jueves que se endurece en pei. Más difícil es discernir la diferencia de pronunciación blanda y dura de la reish que corresponde al viernes y la tav del sábado.
Las doce letras restantes son llamadas “Elementales”, y corresponden a los doce meses del año. Nisan (el primer mes del calendario hebreo original que marca la salida de Egipto al inicio de la primavera) está representado por la hei. Al siguiente Yiar lo representa la vav; y a Siván le corresponde la záyin. En verano tenemos a Tamuz representado por la jet; Av por la tet y Elul por la iod. Coincidiendo con el otoño y Rosh Hashaná empieza Tishrei que se corresponde con la lamed; Jeshvan con la nun y Kislev con la sámej. Culmina el ciclo el invierno de Tevet y su letra ‘ayin; Shevat y la tzádik, para acabar con Adar y la kuf.
Más allá de las combinaciones numéricas que genera la suma de los valores de cada letra de una palabra (por ejemplo, en SHaBaTH, SH = 300 + B = 2 + TH = 900, en total, 1202), las letras también pueden ser significadas como fechas. Por ejemplo: al pasado martes 17 de julio de 2018 (5 del mes Av del 5778, según el calendario hebreo) le corresponde la shin del elemento estacional fuego, la tet del mes av, la hei correspondiente al día 5, la dalet de martes y la secuencia Tav-SHin-‘Ayin-Jaf que indica el año. Con paciencia y sabiduría, combinando las letras en un nuevo orden, es probable que surja un mensaje para este día específico. De momento, el mío es muy sencillo: para la identidad, para la espiritualidad, para la simple comunicación con otros judíos o para descubrir lo oculto, estudien hebreo. Como decía una canción humorística de Les Luthiers, conozca el interior.
Jorge Rozemblum
Director de Radio Sefarad