Curaçao, el enclave caribeño de Sefarad
LOS PASOS DE SEFARAD EN EL NUEVO MUNDO, CON DAVID ROSENTHAL – Expulsados de la península ibérica, refugiados en Portugal, luego dirigidos a Ámsterdam, finalmente arribaron a Pernambuco en el Nuevo Mundo, pero de aquí también deberían trasladarse, a pesar de ya estar instalados y tener una comunidad como la de Recife: Kahal Kadosh Zur Israel. Curaçao sería el nuevo destino, una isla en pleno Caribe, por donde habrían llegado los primeros sefardíes a América, expulsados por la corona portuguesa de Brasil en 1654. Este nuevo destino vería florecer a una comunidad judía casi libre, hispanoportuguesa, que incluso acusó tuvo influencia sobre una nueva lengua, muy cercana al portugués: el papiamento.
Curaçao fue descubierta en 1499 por Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa, y nombrada por Américo Vespucio como “Isla de los Gigantes” (pues encontraron nativos de estatura fuera de lo común). En 1621, Johannes van Walbeeck, en nombre de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, se adjudica la isla y esto será igual a libertad religiosa, pues Holanda no sólo era uno de los países mas ricos de la época, sino también el lugar apto para la libertad de culto. Dentro de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales había judíos que hacían parte ya de semejante empresa.
Finalmente, esta comunidad y esta isla serian un eje de conexión entre aquel Sefarad hispanoportugués de las Antillas e incluso de aquella New Amsterdam -hoy Nueva York-. Además, hablar el neerlandés suponía grandes ventajas comerciales, aquellas que en Recife también se hicieron notar. La sinagoga Mikvé Israel-Emanuel en Willemstad, es la sinagoga más antigua en uso permanente en América. El nacimiento de los sefardíes caribeños no hubiese podido ser sin Curaçao.