DE ACTUALIDAD – Hace pocos días, los judíos de todo el mundo se unieron en un festejo singular, que no aparece señalado en los calendarios. Se trata del Siyúm Daf Yomí, literalmente en hebreo, la finalización de la hoja diaria. Se trata del final del ciclo de lectura de las 2711 hojas (unos siete años y medio) del Talmúd que, en 1923, el rabino de Lublin (Polonia), Meir Shapiro, propuso como lectura diaria a judíos corrientes, fuera de las yeshivot (escuelas rabínicas). Hoy día, se calcula en unas 300-400 mil personas que amplían sus conocimientos de esta manera, incluyendo cada vez más mujeres. Al regocijo habitual cuando finaliza un ciclo de lectura, en esta ocasión se ha sumado uno especial, protagonizado por mujeres que se reunieron en Binyanei Haumá en Jerusalén (en la imagen), superando las solicitudes su aforo de tres mil personas. Ello indica, como destaca Ethel Barylka, el “hambre” de conocimientos sobre el judaísmo de este colectivo que, pese a la tradición arraigada, va abriendo camino a sus inquietudes.