LOS PASOS DE SEFARAD EN EL NUEVO MUNDO, CON DAVID ROSENTHAL – El resultado final de la guerra luso-holandesa en el frente del Brasil significó la salida en 1654 de los judíos procedentes de Recife (Pernambuco) donde se habían establecido de forma exitosa, dejando atrás, aquella persecución religiosa. Todo terminó con la rendición de los holandeses, de modo que un grupo de exiliados solicitó a los Estados Generales de los Países Bajos permiso para establecer un asentamiento en Tobago. Fue lamentable para los exiliados judíos, que anteriormente habían sido expulsados de la península ibérica y se habían asentado en Brasil por vía holandesa, el hecho de no tener respuesta a su petición ya que los hermanos Lampsins, de Zelanda, habían fijado sus intereses comerciales en esta isla y se habían adelantado a la petición de los sefardíes.
Tobago, al igual que tantas islas del Caribe, había sido un enclave pirata. En teoría, era propiedad hispana, pero estas tierras nunca fueron de su interés; así que, otras naciones se interesaron por tomarla. Un país báltico, el ducado de Curlandia y Semigalia, fue el primer interesado. Fue el duque Jakob von Kettler quien, interesado en territorios de ultramar para su país, decidió ir a conquistar estas tierras de nadie. Además, en alianza con la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, se establecieron en Tobago tanto luteranos letones como calvinistas holandeses entre 1634 y 1642. Sin embargo, ello resultó infructuoso, pues los españoles ahora interesados en estos territorios atacaron desde la isla de Trinidad a las bases holandesas y bálticas. A pesar de esto, los letones y los holandeses lograron asentarse definitivamente entre 1652 y 1654. La colonia curlandesa se conoció como “Jekabspills”, y la holandesa, como “Nueva Walchern”. Y, en estas colonias, atacadas por los nativos caribes con alguna reincidencia, fueron bienvenidos otros europeos como ingleses, alemanes y franceses. De igual modo, los letones terminarían enfrentándose con los holandeses y rindiéndose ante estos, dejando la isla bajo propiedad unánime neerlandesa.
Fue Paulo Jacomo Pinto, representante de los judíos de Livorno, Italia, quien inició negociaciones en Ámsterdam para llevar judíos de Liorna a estas colonias entre 1658 y 1659. En una primera embarcación arribaron a la isla 120 judíos que habían sido enviados por los más pudientes livorneses para darles esta nueva oportunidad y, también, deshacerse un poco de ellos. Luego llegaron 152 a bordo del “Monte del Cisne” en 1660. Entre esta tripulación, vino Daniel Levi de Barrios, reconocido poeta en judeoespañol.