LOS PASOS DE SEFARAD EN EL NUEVO MUNDO, CON DAVID ROSENTHAL – La presencia judía en Santo Domingo, Republica Dominicana data de comienzos del siglo XIX, sobre todo con la dominación haitiana de Jean Pierre Boyer. En el camposanto viejo de Santo Domingo o de Ciudad Nueva está la estela más antigua, que es de 1826, y pertenece a Jacob Pardo, originario de Ámsterdam.
El camposanto es de 1824 y esta amurallado para marcar la separación de los cristianos. También, demuestra que la comunidad llego a tener un número considerable de sefardíes en su mayoría holandeses de habla portuguesa, rasgo común de estas primeras comunidades judías en el Caribe. Al camposanto se le llamaba también “Cementerio Inglés”, pues a los judíos de allí se les llamaba “ingleses”, ya que tenían nacionalidad inglesa o la holandesa y provenían de Curazao en buena parte.
Asimismo, venían de otras islas del Caribe, como Barbados, San Eustaquio, Saint Thomas, Jamaica, etc. Allí, habían sido comerciantes bastante prósperos.
Se sabe que, en Santo Domingo, capital de lo que otrora fue la “Española” – primer territorio español en el Nuevo Mundo– hubo una “sinagoga” denominada “Congregación Israelita” y que su rabino para el 1894 era Rafael Curiel.
A la postre los sefardíes se mezclaron con los nativos dominicanos, por lo cual en algún lugar de su sangre está presente el ancestro hebreo, muy similar a la historia de otras islas y naciones caribeñas.
Apellidos como: Henríquez, Marchena, López-Penha, Coen, Pardo, De Lemos, Pereira, Castro, León, Leyba, Da Costa-Gómez, Senior, Curiel, Maduro, Naar, Jesurum y Pinto, evocan aquella presencia sefardí. Y personajes como Noel Henriques Athias, David León, Abraham Coen, Gerardo Marchena Wisque, o Moisés Benjamín López-Penha Levy, que quedaron en la memoria de este paradisiaco lugar.