DESDE ARGENTINA, CON NUEVA SION – Mientras releía el libro “La Sombra de Heidegger”, de José Pablo Feinman el día después de Iom Kipur, recalé en un fragmento del libro en el que Feinman retoma a Nietszche, y dice: “en un mundo sin dioses sólo los hombres que arrostran su caos, que jamás se sacian, ni descansan. Los que crean, imaginan y deciden en medio de y desde el caos. Sólo ellos son aún capaces de engendrar una estrella Y remata: Solo hay un modo: no le temas a tu caos. No huyas de él. Déjalo crecer en ti, colmarte, volverte loco. Pero no lo sofoques con la felicidad”.
Me recordó una entrevista a Jesús Martín Barbero, reconocido filósofo y antropólogo colombiano, cuyo título era “Bienvenido de vuelta al caos”, y la idea que planteaba es que “actualmente este mundo está tan fuera de órbita que sólo un regreso al caos nos va a permitir reinventar la sociedad”. ¿Hablamos de un caos creativo? Todas las transformaciones sociales, culturales y políticas que devinieron en otro tipo de relaciones, en otro tipo de sociedades, más complejas y también en algún punto más avanzadas, pasaron por procesos de cambios enmarañados en el caos.