MÚSICA ISRAELÍ – La historia de la canción israelí antecede al nacimiento del estado. En ella, la voz femenina ha jugado un papel esencial en el renacimiento del canto profano en hebreo desde los primeros tiempos de los registros sonoros. Algunas, como es el caso de Bracha Zefira, lograron preservar estos primeros testimonios musicales gracias a conciertos y grabaciones fuera del pequeño yishuv de la Palestina del Mandato Británico, a la que escuchamos en Elohím Esh’ala, Preguntaré a Dios, una canción con letra de Yehosef Ben Israel sobre melodía popular judeoyemenita, arreglada nada menos que por el compositor Paul Ben Haim. Este tema fue el primero que se oyó en la inauguración de la primera estación de radio en el país en 1936, Kol Yerushalayim. No es casualidad que el tema anterior se basase en una melodía de la tradición judía yemenita. Muchas de las primeras voces femeninas eran de ese origen, algunas de familias establecidas desde inicios del siglo XX, como es el caso de Esther Gamilielit, en una grabación de 1949 de Alhareinu beYehudá, Sobre nuestras montañas en Judea, de autor desconocido aunque generalmente atribuida a la pluma de Alexander Pen y melodía también de autor anónimo. Sara Levi Tanai no destacó justamente como cantante, sino como una de las primeras mujeres compositoras en el naciente folklore israelí, aunque podemos escucharla en una grabación de 1963 sobre un poema de la poetisa hebrea Rajel, Akará, Estéril, que ha sido musicalizado en muchas ocasiones, en este caso por Itzjak Levy, gran investigador de la herencia musical sefardí y padre de la actual estrella del canto Yasmin Levy. Pero si hubo una voz femenina que se identificó con el naciente estado judío fue la de Yaffa Yarkoni, a la que escuchamos en Hen efshar, No es posible, con letra de Jaim Jefer y melodía de David Zehavi. Otra estrella femenina rutilante de los primeros años de la independencia fue Shoshana Damari, heredera de la mencionada y prolífica tradición yemenita, a quien escuchamos en Aia, con letra de Natan Alterman y música de Mordejai Zaira. En los años 60, algunos músicos israelíes comenzaron a convertirse en estrellas internacionales, cantando incluso en otros idiomas. Fue el caso de Esther Ofarím quien, sin embargo, en sus inicios abundó en el repertorio de la canción israelí, como el siguiente Shirat hanoded, La canción del nómada, con melodía de Mordejai Zaira y letra de Ashman. La figura del cantautor o cantautora típica de los 60 se ejemplifica especialmente en Nehama Hendel, con temas como el siguiente Sajki sajki, Juega juega, del poeta Tchernijovsky sobre melodía popular rusa. Pero, si se habla de compositoras de canciones israelíes, la más popular y prolífica fue sin duda Naomi Shemer, internacionalmente conocida por Jerusalén de Oro, a la que escuchamos en un tema muy conocido en Israel, Lu yehí, Si así fuera. En las últimas décadas del siglo XX, la voz femenina por excelencia de Israel fue (y sigue siendo) la de Chava Alberstein, a la que escuchamos en Jofím hem lif’amím, A veces las orillas, un poema de Nathan Yonatán con melodía de Nahum Heyman. Estos días pasados recordamos el aniversario del fallecimiento de Ofra Haza, otra joya yemenita que afloró en los 80 con músicas de sus raíces mezcladas con la electrónica más avanzada de la época, especialmente con este Im nin’alu, Si las puertas se cerraran, con el que cerraremos este homenaje a las voces femeninas israelíes, sobre letra del rabino Shalom Shabazi de los siglos XVII y XVIII.
Diez mujeres: voces y pilares de la canción israelí
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