¿Dónde están las llaves de Sefarad? Estudios sobre la lengua, la literatura y la historia de los sefardíes, con su autora Pilar Romeu
SEFER: DE LIBROS Y AUTORES – Los días pasan komo la solombra, ma los rikordos kedan asta la tomba (Proverbio sefardí)
La investigadora y editora Pilar Romeu en ¿Dónde están las llaves de Sefarad? realiza “un homenaje a la cultura sefardí” recorriendo sus trabajos de todas las épocas -ordenados en bloques según el siglo o siglos estudiados- y responde con investigación, datos y rigor- a esa pregunta tan milenaria como las propias llaves…o su leyenda. Más allá de idealizaciones o creencias románticas, apunta Romeu, “Esas llaves abren a la cultura sefardí, que es lo importante”.
¿Dónde están las llaves de Sefarad? de Pilar Romeu Ferré. Ed. Tirocinio
En 2020, en plena pandemia Covid-19, publiqué en Sefarad 80,1 (2020: 263-295) un trabajo que lleva por título: «En “clavemanía”: ¿Dónde están las llaves… de Sefarad?». En él planteaba de forma no vulgar un tema excesivamente vulgarizado, que constituye una cantinela inevitable en los tópicos sobre el mundo sefardí. Igual que el Covid-19, el mito de las «llaves» que todos los sefardíes parecen poseer de sus casas de «España» es como una peste que se ha expandido por doquier. Mi trabajo trataba de ensayar una primera vacuna para limitar los efectos no deseados de tal leyenda urbana. Como es notorio, el eslogan, que publicitariamente ha funcionado a la perfección, se construye sobre unas bases materiales notorias: la posesión y custodia de unas llaves físicas, sólidas, de sustancia ferruginosa, que se habrían transmitido como activos hereditarios a través de generaciones. Y ahí seguirían en posesión de los deudos de aquellos expatriados a la espera de un improbable, por no decir imposible, retorno a las moradas dejadas en Sefarad en el lejano año de 1492. ¡Como si las casas hispanas hubiesen soportado los siglos mejor que las murallas de Jericó!
Alguien que relea mi artículo sosegadamente y sin prejuicios podrá descubrir que en él se condensan de modo subliminal mis amplios intereses sobre la cultura sefardí, sin acotar ni preferir período alguno. El mensaje de fondo en él implícito induce a reconducir la búsqueda de las llaves al plano inmaterial: la lengua, la sociedad, la cultura. Reflexionando sobre el particular desde esta perspectiva, he caído en la cuenta de que el invisible hilo conductor de muchos de mis trabajos a lo largo de los años respondía perfectamente a esta filosofía y me ha motivado a resaltarlo.
A ello se ha añadido otro dato circunstancial, pero no menos relevante para mí. Me refiero a mi actividad paralela de editora y directora de la colección «Fuente Clara. Estudios de Cultura Sefardí», publicada por la editorial Tirocinio de Barcelona. El hecho de alcanzar la cifra de 50 obras impresas bajo mis cuidados es un hito excepcional en el campo de los impresos sefardíes. El dato, más allá de la estadística, ha propiciado el presente volumen cuyas credenciales pueden resumirse en una trilogía operativa y, a la vez, festiva.
En primer lugar, redireccionar decididamente la búsqueda de las llaves de Sefarad hacia sus componentes inmateriales, menos visibles, cierto, pero más duraderos. Dado que el trabajo inspirador tiene personalidad propia, no he vacilado en colocarlo en solitario al inicio de este volumen y en usurpar su título en el frontispicio de la obra.
En segundo lugar, recopilar de forma articulada y estructurada mis trabajos de menor extensión que responden a dicha orientación, publicados de forma dispersa en diferentes medios. Esta incitante tarea cumple la función de una rendición de cuentas parcial de mi labor investigadora sin cobertura institucional pública alguna. Digo parcial, porque no abarca mis obras monográficas publicadas en forma de libro y porque, además, deliberadamente he dejado fuera del recuento otros trabajos que responden a otro filón con sustantividad propia y todavía inconcluso: las memorias.
En tercer lugar, la ocasión propicia también efectuar un balance provisional de la historia de mi sello editorial que ha permitido sumar obras de otros autores al empeño. Rindo con ello tributo a sus importantes contribuciones que cubren un amplio espectro de intereses en la difusión de la cultura sefardí. Sin ellos, la colección no habría sido posible. Como tampoco sin el sostén de muchas otras personas e instituciones de ámbito nacional e internacional, que han secundado a lo largo de los años la labor de la editorial en su faceta de divulgadora de la cultura sefardí. En ese sentido, no pueden desligarse ambas actividades, la de investigadora y la de editora, pues una lleva irremediablemente a la otra y viceversa.
Los trabajos compilados en este volumen no son siempre correlativos por año de publicación. Me ha parecido oportuno agruparlos por épocas según las obras de que tratan. Luego, dentro de cada época, he intentado darles una lógica temática con la intención de que puedan ser leídos a renglón seguido sin grandes explicaciones adicionales. He estructurado el volumen en siete bloques temáticos:
I. ¿Dónde están las llaves… ?
II. Los pródromos de una lengua y de una cultura (siglo XVI).
III. El despertar literario de los conversos (siglos XVI-XVII).
IV. La Edad de Oro de la literatura en judeoespañol (1730-1860).
V. El mundo sefardí se asoma a la modernidad (1860-1908).
VI. Guerras, emigraciones… y una lengua denostada que resiste (1908-1940).
VII. Equilibrismo y resistencia ante el declive (1940…).
El conjunto planea así, a vista de pájaro, sobre todas las épocas en las que se publicaron textos sefardíes, desde la expulsión de la Península Ibérica en 1492. Cada uno de estos bloques va precedido de una breve introducción en la que explico la secuencia de la producción de los trabajos originarios.
Llegados a este punto, repreguntémonos: ¿Dónde están las llaves de Sefarad? No me cabe duda: en todo ese material forjado por diversas generaciones de sefardíes que ha traspasado fronteras, que vive y late, de un lado, en los anaqueles de las bibliotecas de medio mundo y está ansioso por ver la luz y, de otro, en el corazón de los sefardíes de hoy, que contemplan atónitos cómo aquel mundo de su infancia se desmorona a pasos agigantados y tratan con denuedo de recomponer el puzle de sus vidas narrando sus memorias.
Los días pasan komo la solombra, ma los rikordos kedan asta la tomba (Proverbio sefardí).
Pilar Romeu