DE ACTUALIDAD – En tan sólo unos días, Francia se ha enterado del aumento un 74% en 2018 respecto al año precedente en ataques antisemitas, ha visto las imágenes de Simone Veil pintadas con esvásticas, así como las lápidas de un cementerio judío, o los ataques de los “chalecos amarillos” al filósofo Alain Finkelkraut, entre ellos de alguien que se señalaba su pañuelo palestino al cuello mientras le gritaba: “Francia es nuestra”. A tan sólo unas horas antes de la manifestación convocada por 14 partidos franceses, con la presencia de muchos ministros y los ex presidentes de la República, Daniel Halfón, un judío francés practicante que muy a menudo se cruza con gente que escupe a su paso por la calle con la kipá puesta, se pregunta si esta vez cambiará algo, si aparte de las palabras grandilocuentes en defensa de la libertad y la condena del antisemitismo cambiará algo en un país que, como una gran parte de la Europa más desarrollada, ve crecer esa monstruosidad social.