A FONDO – Julio Levit está haciendo un posgrado sobre antisemitismo en la universidad holandesa de Maastricht. Y, como cualquier judío que acuda a una institución de este tipo, está escandalizado de lo que ocurre en los campus de Occidente, desde EE.UU. a Europa, incluida España: un hecho aún más llamativo no sólo por darse en las hasta ahora consideradas algunas de las mejores instituciones académicas del mundo, sino también por la respuesta inadecuada del profesorado y la dirección de las mismas. Habla de un doble rasero antisemita que ninguna institución académica de prestigio toleraría si fuera dirigido contra cualquier otro grupo humano. No es un fenómeno nuevo, pero es ahora cuando nos ha explotado en la cara: desde la narrativa basura, los que miran para otro lado, el trasfondo ideológico de la discriminación, y el reduccionismo de los conflictos a buenos y malos (opresores y opimidos, según sus propios estándares).