FUERA DE FOCO, CON BRYAN ACUÑA – La guerra de Rusia contra Ucrania genera una serie de enseñanzas: en primer lugar, se trata de una guerra de desgaste que buscaría extenderla lo más que se pueda con el uso de todos los elementos de guerra regular e irregular, así como la ciberguerra y la propaganda. Por otra parte, se ha estado fortaleciendo a nivel global con más fuerza la creación de ecosistemas multipolares de poder con posiciones encontradas una frente a la otra.
Por un lado está Occidente encabezado por los Estados Unidos, con alianzas como la OTAN, la UE y países cercanos a esta posición. Por el otro, los países antioccidentales, denominados también anti imperialistas o anticolonialistas encabezados en este caso por China debido a las fallas y debilidades mostradas por Rusia para ser la principal fuerza y a estos se le suman países conservadores islámicos, las otras potencias emergentes de las denominadas BRICS, los países del Sur Global y potencias periféricas como la República Islámica de Irán, entre otros.
Para lo relacionado con los países del Sur Global se adhiere una posición doctrinaria como lo es el tercermundismo, que se debe dejar de ver como un tema económico social y verlo como una fuerza contra los países desarrollados que explotan los recursos y los territorios de países en vías de desarrollo. Se les vincula inicialmente con la izquierda, pero pueden haber países que, por su pasado dependiente de las grandes potencias, hayan tomado la decisión casi mística de generar su propia identidad que luche contra los valores “invasivos” del globalismo occidental.