VIDAS – Tiene ochenta y cuatro años, una familia de la que se siente orgulloso y un país, Israel, que, como muchos de su generación, ayudó a conformar. Soñador de la patria judía, su compromiso con el sionismo le ha acompañado desde muy joven. Le llevó al kibutz Kvutzat Kinneret –Baruj (Boris) Apel nos recuerda como oía allí, a pocos pasos, la voz de Noemi Shemer-; a trabajar por los principios en los que siempre creyó y a ayudar a los demás: lo saben muy bien los de Olei Netanya. Ahora nosotros también conocemos su historia. ¡Lejáim Sr. Apel!