DESDE EL FRENTE – El conflicto, tal como lo define Gabriel Ben Tasgal se está dando en Medio Oriente en tres fases simultáneas: entre radicales islámicos y musulmanes no radicales; entre suníes y chiitas (dos ramas religiosas en pugna desde hace siglos dentro del Islam); y entre Israel y el mundo musulmán. Desde hace tiempo, nos dice, Irán ha desarrollado, para este último enfrentamiento, la estrategia del pulpo: una cabeza a salvo y varios tentáculos sacrificables (los proxies como Hezbolá, Hamás, hutíes, etc.). En el actual enfrentamiento bélico está claro que dichos grupos son imposibles de eliminar, pero sí sus capacidades bélicas y de gobierno. Para ello Israel implementa una estrategia de combate lento y contínuo con el objetivo final de reestructurar el panorama geopolítico de su zona. En el camino, debe enfrentarse a sus propios fantasmas y grietas internas, no ya de izquierda y derecha tradicionales, sino (hoy día) a favor o en contra de la continuidad de Netanyahu.