“El diario de Ana Frank” (2009), de Jon Jones (Reino Unido)
FILMOTECA, CON DANIELA ROSENFELD – Miniserie producida por la BBC en colaboración con France 2. Guión: Debora Moggach (basado en El Diario de Ana Frank). Reparto: Ellie Kendrick, Kate Ashfield, Geoff Breton, Ron Cook, Tim Dantay, Roger Frost, Iain Glen, Tamsin Greig, Felicity Jones, Lesley Sharp, Nicholas Farrell, Mariah Gale.
Durante la ocupación alemana de Holanda, Ana Frank compartió más de dos años de escondite (1942-1944) con sus padres Otto y Edith Frank y con su hermana Margot. Con ellos se escondió también un matrimonio amigo formado por Hermann y Auguste van Pels y su hijo Peter (con el que Ana viviría algo parecido a un romance que se refleja en su diario) y un dentista llamado Fritz Pfeffer. El escondite era un anexo del piso superior de Prinsengracht, 263, al que se accedía desplazando una estantería giratoria. En este edificio, cuyo escondite Ana bautizó como “la Casa de Atrás”, Otto Frank había dirigido una fábrica de pectina, que por aqual entonces se llamaba “Gies & Cia.”. Cuatro miembros del personal de oficina fueron los “protectores” de los ocho refugiados, convirtiéndose en su único enlace con el mundo exterior: Victor Kugler, Johannes Kleiman, Bep Voskuijl y Miep Gies, quien se ocupó cada día de la complicadísima tarea de la compra y de procurar a los refugiados todo lo que fuera necesario. Cuatro personas que arriesgaron sus vidas voluntariamente y que jamás se vieron a sí mismos como héroes, sino como simples ciudadanos que cumplían con su deber moral.
El día de su cumpleaños número 13, el 12 de junio de 1942, Ana recibe como regalo el conocido diario de tapas a cuadros rojos y blancos. Cuando a principios de julio la familia debe esconderse en “La Casa de Atrás”, Ana lleva su diario consigo y como no tiene ninguna amiga con quien compartir sus intimidades, escribe en su diario extensas cartas a una amiga imaginaria llamada Kitty. Uno de los grandes errores cometidos con la figura de Ana Frank ha sido el de idealizarla, presentándola como una especie de ángel adorable víctima de la barbarie nazi. Ana no fue una santa, y por supuesto tampoco estuvo exenta de sufrir la inestabilidad emocional propia de su edad. Al contrario, lo que la ennoblece es el hecho de tomar conciencia de sus carencias y defectos, tratar de superarlos y finalmente conseguir transformarse en una persona más sabia y reflexiva a medida que se prolongaba su cautiverio.
Durante esos años Ana deja de ser una niña y se convierte en una joven mujer. Reflexiona cada vez más sobre la vida y describe sus ideas en su diario. No es una obra que cuente los hechos a posteriori, sino que está escrita a medida que se producen los acontecimientos, de modo que todo el texto transmite autenticidad “en directo”. Su deseo era convertirse en escritora o periodista y publicar sus vivencias en un libro que se llamaría “La Casa de Atrás”. Ana nos hace partícipes de sus reflexiones sobre lo divino y lo humano, su fe en la humanidad, su sentido del humor, sus ideas sobre el amor y el sexo, su gran capacidad para describir personas y situaciones, su despiadado dominio de la ironía y sus momentos de flaqueza.
Los antecedentes más destacados de El Diario de Ana Frank en el terreno cinematográfico son la célebre película de George Stevens a partir de la obra teatral “El diario de Ana Frank” y la más que digna película de Robert Dornhelm “La historia de Ana Frank” que se basa en la biografía escrita por Melissa Müller. Por desacuerdos con la Fundación Ana Frank, Dornhelm no pudo utilizar las palabras escritas por Ana en su diario.
El planteamiento de la serie de la BBC es adaptar los hechos narrados en el diario con la mayor exactitud posible. No parece aportar gran cosa comparada con la película de Dornhelm, que si bien narra muy superficialmente los dos años de escondite, sí que aporta una muy bien documentada recreación del paso de Ana por los campos de concentración de Westerbork, Auschwitz y Bergen-Belsen. Sin embargo hay que destacar que la serie de la BBC es, sin ninguna duda, la adaptación más fiel de lo escrito por Ana y probablemente también el retrato mas preciso y menos distorsionado de los ocho refugiados y sus ayudantes. La serie contó con la aprobación de la Fundación Ana Frank, y durante los cinco capítulos escuchamos la voz en off de la propia Ana leyendo algunos párrafos del diario.
Naturalmente la serie se toma sus licencias. Hay hechos manipulados para que sean más efectivos desde el punto de vista cinematográfico, algunas situaciones que en el diario están asociadas a un personaje le ocurren a otro, etc. Pese a estas licencias y algunos errores puede decirse que todo lo que retrata la serie ocurrió realmente…
Es especialmente destacable la magistral reconstrucción del espacio y del “clima” general del escondite, pequeños detalles que logran retratar la atmósfera real del lugar: las conversaciones en voz baja, la oscuridad o el sonido de las campanas de la Westerkirche, que tanto gustaban a Ana. Se trata de la adaptación de un diario con todas sus consecuencias, no se trata de una reconstrucción ideal de unos hechos históricos, sino que el punto de vista es el de Ana Frank, precisamente por esta fidelidad al recrear los hechos como los veía la protagonista la serie utiliza los seudónimos que ella misma empleo en su diario.
La interpretación de Ellie Kendrick que da vida al personaje de Ana, a pesar que en un primer momento pueda parecer que físicamente no encaja, es excelente. Consigue transmitir la complejidad del carácter de la protagonista.