JUSTICIA JUSTICIA PERSEGUIRÁS, CON CARLO TOGNATO – Aunque Australia sea una nación de inmigrantes, en las últimas dos décadas ha seguido unas políticas muy discutibles para lidiar con la llegada en barcas de solicitantes de asilo, desviándolos a unas islas en el Océano Pacífico y dejándolos allá en un limbo, sin ninguna prospectiva clara de resolución de su situación. Los médicos australianos han jugado un papel importante para concienciar al público sobre el impacto que esos centros de procesamiento para los inmigrantes han tenido sobre la salud física y mental de esos refugiados. A lo largo de los años sus denuncias y a veces su rechazo a colaborar con las autoridades les ha permitido en múltiples ocasiones evitar ulteriores violaciones de la humanidad de esas personas. Curiosamente, en algunas ocasiones estos médicos se vieron motivados a cumplir con sus obligaciones éticas a la luz del papel dramático de complicidad que una parte de su profesión tuvo en Europa durante la Shoá.
Es en este contexto nos referimos en esta columna al doctor Nick Martin, a quien en 2019 le fue otorgado el Premio Internacional Blueprint para la Denuncia. El dr. Martin es británico y se formó en el Reino Unido. Ejerció como cirujano en la Armada Real Británica y actualmente vive en Australia. En 2016 y 2017 fue contratado como médico senior por el gobierno australiano para asistir a los refugiados que ese país deriva hacia su centro de procesamiento en la Isla de Nauru. Allí, fue testigo de un sistema que paulatinamente violaba la dignidad de esas personas. Finalmente, decidió denunciar la situación frente el público australiano, asumiendo riesgos personales y legales importantes. “¿Cómo hubiera podido mirar en los ojos a mis hijos en unos años si no lo hubiera hecho?”, se preguntaba en una ocasión.