ÓPERA JUDAICA – Queremos presentarles a una de las figuras que emerge con más fuerza en el mundo de la dirección orquestal y operística, el israelí Dan Ettinger. Y lo haremos de la mano de una de las piezas más famosas y representadas del repertorio lírico: El elixir de amor, ópera cómica en dos actos compuesta en 1832 por Gaetano Donizetti con libreto de Felice Romani, basado en otro que Eugène Scibe escribió para la ópera Le philtre, que en 1831 compuso Daniel-François Auber. Su aria para tenor Una furtiva lágrima es quizás una de las piezas operísticas más famosas actualmente. Pero volvamos a Dan Ettinger, que desde 2009 es el director musical de la ópera de Mannheim y desde 2010 de la Filarmónica de Tokyo, además de ser el director musical y Primer Director de la Sinfónica de Israel desde 2005. Se formó en la zona de Tel-Aviv, primero tocando el contrabajo en la escuela Thelma Yellin y continuando con estudios de canto en la Academia Rubin de la Universidad de Tel-Aviv. Como barítono ganó premios y debutó con la Filarmónica que hoy dirige cantando una pieza de Mahler en 1993. Allí comenzó su carrera operística, que supo combinar con la enseñanza en la misma Academia en que había estudiado, perfeccionándose además en el piano. En 1999 debutó como director del coro de la Ópera Israelí y desde entonces también se ha puesto al frente de numerosas orquestas. De sus grandes producciones, os traemos ésta que a finales de 2006 dirigió desde el podio de la Ópera Estatal de Viena, con las voces solistas de Annamaria Dell’Oste, Pavol Breslik, Enrico Marabelli, Natale de Carolis y Adriane Queiroz