“El Golem” (1920), de Paul Wegener

SHÉKET: JUDÍOS EN EL CINE MUDO, CON MIGUEL PÉREZ –  Estrenamos programa y lo hacemos con una película fundamental en la historia del cine…y en la historia del cine de autoría y temática judía: El Golem de Paul Wegener.

Mucho antes de que llegara ‘Frankenstein’, Asimov o ‘2001, una odisea en el espacio’, el cine ya había inaugurado esa larga lista de películas fantásticas donde la intención del bien se transmuta en desastre debido a la capacidad de creaciones aparentemente inhumanas de salirse de control tras contagiarse de pensamientos y sentimientos para los que no están preparadas. Y no precisamente de los mejores. Ya fueran robots, ordenadores o monstruos creados a base de arcilla, como es el caso de ‘El Golem’ que, además de ser el antecedente de todas ellas, estrenó también otro subgénero con vida propia: las franquicias cinematográficas. La única película que se conserva, ‘Der Golem, wie er in die Welt kam’, fue realizada por Paul Wegener en 1920. Pero, antes, el cineasta ya había dirigido otras dos entregas sobre el mismo ser mítico, una de ellas en 1915 y la segunda en 1917, que han sucumbido al paso del tiempo y de las que no se conserva copia alguna.

‘El Golem’ tiene su referencia literaria en una novela de Gustav Meyrink publicada precisamente en 1915, compleja y profundamente reflexiva; aspectos que Wegener logra trasmitir en el celuloide. En buena medida el mérito pertenece a su propia interpretación del personaje principal. Porque el maestro alemán no sólo dirigió la cinta, sino que participó en el guión y encabezó el reparto (Wegener fue actor antes que director), junto con su mujer, Lyda Salmonova.

En cualquier caso, no sería justo sacar del buen resultado final al excelente y esforzado productor y realizador Carl Boese, que acompañó a Wegener durante todo el rodaje, y especialmente al guionista austriaco –y a la par director y actor– Henrik Galeen. A Galeen es fácil rastrearle en un buen número de películas fundamentales del cine mudo; entre ellas, ‘Nosferatu’, antecedente como ‘El Golem’ de ilustres iconos del cine de terror, en su caso, Drácula. Este profesional que trabajó en casi todas las disciplinas del cine era capaz de crear escenas de enorme dramatismo, con una plasticidad narrativa excepcional, lo que le convertía en un autor clave en la época en que aún no había nacido el sonoro.

La película describe la epopeya del Golem, un ser creado a partir del barro por el rabino Löw. Sucede en el gueto de Praga durante el siglo XVI. Löw actúa empujado por su deseo de impedir que se cumpla un decreto del emperador destinado a expulsar a los judíos. Sin embargo, y despúes de lograr su objetivo, una serie de avatares (que no se desvelarán para salvaguardar la atención de quien aún no haya visto la película) lleva al Golem a un camino muy diferente del primigenio. Y mucho más peligroso. La síntesis de la lucha interna entre el bien y el mal.

Evidentemente, resulta sencillo encontrar en esta obra muchas de las bases sobre las que posteriormente se cimentó ‘Frankenstein’. Pero también de películas mucho más recientes como ‘Yo Robot’ (2004), convenientemente evolucionadas en un mundo supratecnológico. Wegener recrea el mito de un ser inerte abocado a la vida. No queda lejos del niño que en su aprendizaje resulta permeable a tensiones, sentimientos, emociones y comportamientos. Y en el caso del Golem, que reacciona con una fuerza descomunal, incluso ajena a su propia concepción, al verse incapaz de metabolizar todo ese universo. En realidad, y pese a su naturaleza mágica, aquí todo es humano. Hasta el extremo de que resulta complicado ver al Golem como un muñeco de barro sin entidad emocional.

Posiblemente, la mayor diferencia de este filme respecto a otras películas basadas en el mismo tipo de creaciones monstruosas radique en su peso narrativo. En el caso del monstruo surgido de la pluma de Mary Shelley, cada nueva revisitación de Frankenstein ha ido ganando en linealidad y en patrones de cine de acción fantástico al uso, olvidando su naturaleza literaria. En el filme de Wegener, en cambio, cobra mucha presencia el marco histórico, político y social, los personajes no están puestos al mero servicio de la acción y, en conjunto, asume conceptos determinantes de la pintura y escultura.

De hecho, ‘El Golem’ es representativo del primigenio expresionismo alemán, una corriente breve y en cierto modo asfixiante donde confluían otras disciplinas artísticas y un curioso dominio de la iluminación. Llama la atención, por ejemplo, el uso de decorados cargados de líneas improbables, perspectivas más imposibles aún y rasgos cubistas, cuyo fin era proveer a los objetos de emocionalidad. Como si el Tim Burton más onírico se hubiera paseado por allí.

Ficha:

Título original: Der Golem, wie er in die Welt kam

Género: Fantástico / terror

Año de producción: 1920

Nacionalidad: Alemania / Estados Unidos

Duración: Hora y media.

Dirección: Paul Wegener, Carl Boese

Guión: Paul Wegener y Henrik Galeen, sobre la novela homónima de Gustav Meyrinck

Reparto: Paul Wegener,  Lyda Salmonova, Albert Steinrück,  Ernst Deutsch,  Hans Stürm, Max Kronert,  Otto Gebühr,  Lothar Müthel, Greta Schröder, Loni Nest.

Productora: Projektions-AG Union

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