EL MARCAPÁGINAS – Jacobo Kaufmann define esta obra teatral como “gran guiñol” o vodevil, en la que cuenta la historia de un director de teatro que invita a sus amigos a ensayar una obra en su propia casa. Esta reunión acaba poniendo en evidencia “cosas que todo el mundo sabía pero nadie había dicho en voz alta”.
En El juego de las culpas -que no es la más judía de sus obras y está publicada por Ediciones Antígona- Kaufmann nos dice que realiza “un ejercicio de cierta insolencia”. “Una tarde se reúnen con Alberto, actor y estudiante de psicología, su novia Matilde, su amigo Jacinto, que ha heredado una fortuna, su bella esposa Juanita que sueña con ser actriz, Pedro, un conocido galán de la televisión, Jorge, un bailarín, y El Gordo, que es empresario teatral. En el salón de su casa, Alberto, con ayuda de sus amigos, y transformando sus muebles en escenografía, pone en escena su primer texto teatral, un experimento, cuya acción y las bebidas alcohólicas que la acompañan bien pronto enfrentará a los mismos circunstanciales actores y tal vez afecte a sus relaciones de pareja. Un borracho. Un loco, un barquero egoísta, una infidelidad, un asesinato que podría ser real. Y un final desenfrenado en el que todos habrán aprendido algo”.
El juego de las culpas, nos revela Jacobo Kaufmann es “un juego que termina no tanto como un juego”…