“El moscovita desesperado”, con su autor Abrasha Rotenberg

SEFER: DE LIBROS Y AUTORES –  Hacía más de tres años que no teníamos la suerte de conversar con Abrasha Rotenberg sobre su vida y sus libros (aspectos casi inseparables) y ahora lo hacemos gracias a su  El moscovita desesperado publicado por Nagrela Editores.  Emocionante hablar de queridos afectos que ya no nos acompañan -como Salomón Lerner y Solly Wolodarsky, Z’L,)- y por supuesto sobre la pérdida de su esposa, nuestra admirada Dina Rot Z’L “una herida incurable, estuvimos casi 70 años juntos, era una persona original, atípica, entragada, modesta…”, nos dice Abrasha que se nutre de sus hijos, sus amigos, afectos y de las historias que nos quiere contar.

El moscovita desesperado es “un libro para todos, se puede leer y reir y también atender a su lado sufriente, es una metáfora de nuestros tiempos: el fracaso del comunisimo, la soledad, el amor, y una cierta burla hacia la preponderancia de los psicoanalistas”: esos que quizá esbocen una sonrisa al escuchar que, respondiendo generosamente a nuestra curiosidad,  Abrasha Rotenberg nos habla de sus hijos Cecilia y Ariel Rot y nos cuenta la historia de sus padres. 

“Muchos de los personajes son judíos” nos dice Rotenberg, antes de recordarnos que “hace mucho tiempo que no hablo del judaísmo, hablo de los judaísmos”.”Soy un judío muy judío no religioso que vive la cultura judía con un enorme placer”. El mismo con el que leemos este nuevo hijo literario de Abrasha Rotenberg. 

El moscovita desesperado será presentado en Centro Sefarad-Israel el próximo martes 16 de mayo

Nagrela Editores. Estos relatos suceden en Moscú, Ginebra, Nueva York y París, pero todos se generan en la Buenos Aires de los años sesenta y setenta. A pesar de su conflictividad política y social, era una ciudad abierta, multicultural y muy al día de las novedades artísticas, donde comenzaban a flaquear las fidelidades a las doctrinas comunistas (los jóvenes optaban por el peronismo) y a decrecer la pasión, tan en boga, por el sicoanálisis clásico.

Sus personajes pertenecen a ese período: el moscovita dispuesto a arriesgar su libertad para asegurar el futuro de su único hijo; el joven abogado que viaja por vez primera a Europa y se enreda en una aventura sentimental; la fanática comunista que predica las virtudes de la militancia, pero la vida le ofrece otras respuestas; el maduro seductor que descubre su senectud, y los desatinos profesionales y humanos de un sicoanalista atípico ilustran este paisaje.

Un humor ácido atraviesa estos relatos que, además de entretener, plantean la fugacidad de las ideologías consagradas, hablan de verdades relativas y de las travesuras del azar.

 

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