HUELLAS – Una reedición más de los programas en los que el experto Manuel Sanvicente da respuesta a las inquietudes de muchos oyentes acerca del posible origen judío de sus apellidos, como este caso, los de Figuera, Mateo, De Botton y Garmiza.
FIGUERA
Antiguo apellido de la localidad catalana de Figueres, que toma el nombre de una fruta del lugar, en latín “ficaria”. De Cataluña pasó a Aragón, Valencia y las Islas Baleares llevado por nobles caballeros. Entre los sefardíes por el mundo se encuentran los apellidos Figueroa, Figueredo y Figuera.
MATEO
Patronímico, el hijo tomaba el nombre del padre como apellido según era costumbre. Apellido considerado “bíblico” de los judíos de Mallorca. Del hebreo Mattiya, Matt (Don) y Ya (diminutivo de nombre de Dios), o sea, Don de Dios. En otro tiempo estaba muy extendido entre la nobleza, por representar a uno de los evangelistas. En sus formas plurales se encuentra como Mateos y Matheus. Mateu, pese a su similitud fonética, es apellido con distinto origen y significado. Figura a destacar es el médico y filósofo Diego Mateo Zapata, acusado de judaizante en 1725. Se encuentra principalmente en la República Dominicana.
DE BOTTON
Apellido del mundo presente en numerosos países: Rusia, Suiza, Alemania, Francia, Italia y Portugal. De los judíos de varias naciones. Su origen y significado parece encontrarse en la voz alemana “Botto” -mensajero-. Su etimología es objeto de las más peregrinas teorías entre los estudiosos de la antroponimia.
GARMIZA
En castellano antiguo hace referencia a un tejido de lana parecido a la actual gamuza. Su significado por tanto es “de lana fina”, en otro tiempo muy valorado. Garmiza no es indicativo por tanto, como se había creído, de un lugar geográfico. Figura destacada fue el rabino Eleazar de Garmiza, maestro de Moseh Bar Nachman, que no debe confundirse con Eleazar de Worms -también llamado de Garmiza, porque es una mala traducción-. Los Garmiza expulsados en 1492 se establecieron en Rusia y Marruecos. Actualmente es apellido de Argentina e Israel.
