El origen de los apellidos Prieto, Cáceres, Sepúlveda y Rivas o Ribas
HUELLAS – Una nueva reposición de antiguos programas de Huellas, con el resultado de las consultas sobre el posible origen judío de los apellidos dirigidos a Manuel Sanvicente, nos acerca esta vez a Prieto, Cáceres, Sepúlveda y Rivas o Ribas.
PRIETO
En la Edad Media, apellido corriente de cristianos y judíos con el significado de “negro o moreno”. En su forma antigua, Preto en España y Pretto en Portugal formaron parte de las comunidades de Holanda y de quienes llegaron a Brasil, donde se cuentan entre las víctimas de la Inquisición portuguesa. En España figura en las listas de la Inquisición y en la Iglesia como conversos. Prieto es aún llevado por los sefardíes por el mundo.
CÁCERES
Muy numerosas fueron las familias Cáceres que aceptaron la conversión forzada, tantas como aquellas que iniciaron el camino de exilio en 1492. El apellido era tomado en el momento del bautizo o en el de partir como una forma de reivindicar un origen determinado. Familias Cáceres llegaron a Portugal, Reino Unido y Holanda. En Portugal y Brasil fueron duramente tratados por la Inquisición. Destaca la extensa familia de Samuel de Cáceres, que vivió en Portugal, Holanda, Reino Unido, México, Surinam, Indias Occidentales y Estados Unidos.
SEPÚLVEDA
Del lugar de su nombre en Segovia y de distintas ramas genealógicas. Su etimología no está clara. Sepúlveda se encuentra sobre todo en las comunidad israelita sefardí de Chile. En España los conversos Sepúlveda vivían en Sevilla.
RIVAS o RIBAS
Del latín “ripa” que quiere decir “orilla del mar o río”. También puede proceder de topónimos homónimos en Cataluña. A mediados del siglo XV numerosos conversos Rivas fueron acusados por la Inquisición de judaizantes, tanto en la Península como en Mallorca. Maestre Rivas, médico de Fernando el Católico, víctima de la Inquisición por un dibujo considerado irreverente. En el siglo XIX vivía en México Francisco Rivas Puigcerver, judío converso “marrano”, profesor de lenguas clásicas y promotor de la llegada de sefardíes.