El Purím de Zaragoza


CUENTOS DEL PUEBLO HEBREO, CON JUANJO VENTURA – El milagro de este Purím ocurrió en 1428 en la ciudad de Zaragoza que era la capital del reino de Aragón. Ocurría que el rey visitaba a los judíos en su “Judería”, buscando la lealtad y admiración de sus súbditos. Era costumbre hacer una parada en la calle Real o principal de la Judería y todos los judíos tenían que presentarse a saludar al Rey vistiendo sus mejoras ropas y joyas; así se demostraba aprecio a él y al país. Esto tuvo un carácter importante debido a que en otras partes del país habían comenzado las persecuciones forzando a los judíos a la conversión, lo que vino a conocerse después como la Inquisición Española y Portuguesa; pero los judíos pudieron vivir en Zaragoza con relativa tranquilidad.

En orden de mostrar honor al rey, los líderes de la Sinagoga tenían la costumbre de sacar un rollo de la Torá que era portada en el Tik, o sea una especie de caja redonda con el rollo adentro; la colocaban en frente de la Sinagoga cuando el rey pasaba. Cierto año se sugirió que era un deshonor que el rollo de Torá se presentara ante el rey que era gentil y entonces, los líderes de la comunidad decidieron colocar los Tiks vacíos y dejarlos sin la Torá adentro. Esto permitía que los judíos honraran al rey sin tener que deshonrar la Torá.

Desafortunadamente, un judío que se había convertido al cristianismo se dio cuenta de esto y decidió usar su influencia ante el rey para convertir a todos los judíos o destruirlos. El fue motivado por la obstinación judía de cambiar su fe y por el rechazo de ellos a él y a su familia después de haberse convertido al cristianismo. El le dijo al rey que los judíos eran desleales a él y lo consideraban por debajo de su dignidad al colocar los Tiks de la Torá sin los rollos dentro.

Al principio el rey no le creyó y le respondió que al día siguiente, cuando se iniciara la parada el abriría por sorpresa los gabinetes para cerciorarse si los rollos se encontraban dentro. Si no se hallaban dentro se les daría un ultimátum a todos los judíos de convertirse o la muerte.

Esa noche, los shamashim (custodio y cuidado de la sinagoga) tuvieron un mismo sueño. Un hombre vino hacia a ellos y les dijo que colocaran el Sefer Torá dentro del Tik cuando el rey viniera de visita al día siguiente. Ellos así lo hicieron. Cuando el rey se aproximó a la Torá el enemigo de los judíos insistió a gritos que probaría la deslealtad de ellos. El Rabino no tenía idea de lo que había ocurrido la noche anterior y cuando vio que el rey se disponía a abrir los Tiks, se llenó de terror y miedo y enmudeció pensando que iban a ser descubiertos los Tiks sin los rollos dentro. De repente, el rey vio con sus ojos que los rollos de Torá se hallaban dentro y decidió entonces llevar a la horca al enemigo de los Judíos.

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