MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – Arthur Ruppin fue el fundador de la demografía judía académica moderna y un destacado líder sionista. Fue quien llevó adelante el proyecto del sionismo práctico, mucho más concreto a la hora de fundar un nuevo Estado y crear las condiciones necesarias para obtenerlo. En ese momento el sionismo político representaba una amplia y variada declaración de intenciones y propósitos, pero carente del sustento necesario para su implementación. Ruppin había nacido en Alemania, en lo que había sido Prusia, en 1876, en el seno de una familia venida a menos, luego de haber gozado de una buena condición económica, que se mudó a una comunidad judía tradicional. Ese lugar y su gente influyeron en su vida y su formación dotándole del conocimiento y comprensión de los judíos ashkenazíes, de la necesidad de lograr los cambios que posibilitaran condiciones de vida mejores y cómo había de establecerse un sistema para logarlo en lo que sería su existencia en un nuevo país.
Obligado a trabajar por las necesidades de la familia, tuvo que abandonar sus estudios secundarios, y trabajar durante muchos años en la venta de granos. No obstante, consiguió su título secundario dando como libre todos los exámenes, lo que habla del enorme esfuerzo que realizó para continuar con todos sus estudios. Su formación académica la continuó en la Universidad de Berlín donde estudió Derecho, Economía y Biología, dado su interés también por las Ciencias Naturales. Esto nos habla de su personalidad extremadamente capaz y con un amplio nivel de intereses intelectuales y científicos, demostrado por su afinidad a las Ciencias Sociales, razón por la cual ganó un premio por una de sus obras, que abarcaron la escritura de un libro referido a una sociología descriptiva de los judíos. En la primera edición del libro de Die Juden der Gegenwart (1904), Ruppin aún no era sionista (aunque simpatizaba con el sionismo) pero el libro lo acercó a este movimiento y a su objetivo de resolver el problema judío, fundando un Estado Judío para una sociedad judía. Creía que el método para realizarlo era organizando sistemáticamente asentamientos urbanos y rurales para organizar el poblamiento y la economía. La Organización Sionista lo envió a la Palestina (o al Eretz Israel de los sionistas) que se hallaba bajo el dominio del Imperio Otomano, en 1907, para que viera de primera mano cuál era la situación existente en ese territorio y cuáles eran las posibilidades de las tareas que podían llevar a cabo allí. Con este viaje tomó contacto con el Ejecutivo Sionista que en ese momento estaba dirigido por David Wolffsohn, que lo nombró jefe de su Oficina Palestina, que se instaló en Yafo en 1908. Desde entonces hasta su muerte, con interrupciones periódicas dedicadas a trabajos científicos o viajes, Ruppin fue responsable del trabajo de asentamiento sionista en Eretẓ Israel. En 1916, Jamal Pashá lo obligó a abandonar el país y mudarse a Constantinopla, donde dirigió las actividades para ayudar al yishuv tanto distribuyendo información sobre lo que estaba sucediendo en Eretẓ Israel como organizando la transferencia de capitales al país. En 1920 regresó a Jerusalén, y en 1920-1921 fue miembro de la Comisión Sionista, de 1921 a 1927 y nuevamente de 1929 a 1931 fue miembro del Ejecutivo Sionista, y de 1933 a 1935 miembro del ejecutivo de la Agencia Judía. Desde 1933 fue jefe del Departamento de la Agencia Judía para el Asentamiento de Inmigrantes Alemanes y desde 1935 fundó y dirigió el Instituto de Investigación Económica en Eretẓ Israel. También se desempeñó, desde 1926, como conferenciante y luego profesor de Sociología sobre los judíos en la Universidad Hebrea.
Sus mayores logros fueron los asentamientos. El trabajo de Ruppin se puede dividir en cuatro períodos: en el primero (1908-1914) sentó las bases para el asentamiento sionista; en el segundo (1914-18) participó en la lucha para salvar el yishuv de la destrucción; en el tercero (1920-1933) participó en la expansión sistemática del asentamiento en las ciudades y áreas rurales y de la economía del país, a lo largo de crisis políticas y económicas; y en el último período (1933-1942), cuando era un reconocido experto en la economía del país y la sociología de los judíos, desempeñó un papel central en la absorción de la Quinta Aliá, que atrajo a decenas de miles de inmigrantes de Alemania y refugiados de la Europa ocupada por los nazis, y en la solución de los problemas derivados de su migración. La mayor importancia (también en la estimación de Ruppin) la tuvo el primer período, en el que allanó el camino para el trabajo de asentamiento sistemático de la Organización Sionista, en cooperación con los pioneros de la Segunda Aliá, que habían comenzado a llegar al país en 1905. Su actividad salvó del fracaso tanto a la Organización Sionista como a los miembros de la Segunda Aliá, que buscaban el camino correcto y carecían de los medios económicos adecuados, y sentó las bases para todo lo que siguió. Su éxito trajo consigo el reconocimiento del hecho de que el factor más importante en el trabajo de asentamiento era la colonización, y que el colono y la agencia de asentamiento debían trabajar juntos como socios iguales en cada empresa. De esta manera, Ruppin creó las condiciones adecuadas para las actividades de los pioneros y transformó su entusiasmo en una fuerza impulsora para la instalación en Eretẓ Israel.
Esta perspectiva básica también ayudó en la creación de nuevas formas de asentamientos: la kvutẓá y el kibutz, el moshav ovdím y el moshav shitufí, pueblos de clase media, etc. – y los defendió contra todos sus oponentes. Desde el comienzo de su trabajo, Ruppin aspiró a comprar extensiones de tierra contiguas para asentamientos agrícolas y crear una población autónoma. Alentó y permitió la adquisición de grandes extensiones de tierra en el valle de Jezreel (en nombre de la Corporación de Desarrollo de Tierras Palestinas, que estableció en 1908, y el Fondo Nacional Judío) y en otras regiones. También jugó un papel decisivo en el establecimiento de Tel Aviv y la compra de tierras en Haifa en el Monte Carmelo y sus laderas (Hadar ha-Karmel) y del patriarca griego en Jerusalén (en el que se establecieron Rejavia y otros barrios). Estaba muy preocupado por el problema de la cooperación árabe-judía, y para estudiar este problema y sus consecuencias, junto con un pequeño grupo de hombres, estableció Brit Shalom en 1925 y lo encabezó hasta 1929, trabajando por el establecimiento de un estado binacional en Palestina. Sin embargo, en vista de los disturbios y levantamientos árabes de 1929, 1936 y posteriores, llegó a la conclusión de que aún no había llegado el momento de negociaciones fructíferas árabe-judías, en las que cada nación recibiría lo que le correspondía. Por lo tanto, creía necesario fortalecer económica y políticamente la posición judía en el país para crear una situación en la que ambas partes estuvieran dispuestas a cooperar en beneficio mutuo. Su colección de ensayos Three Decades of Palestine se publicó en inglés en 1936. Su autobiografía en hebreo, Pirkei Jayai, editada por A. Bein, apareció póstumamente (3 vols., 1968, 1970). Memorias, diarios, cartas aparecieron en inglés en 1971. Kfar Ruppin en el valle de Beth-Shean, una escuela agrícola en Emek Ḥefer y un jardín botánico en Degania Alef llevan su nombre. Y esta historia continúa…