El retorno a Israel y la creación de su Estado (23ª parte): el ejército del general Anders (II)

MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – En septiembre de 1939, el territorio de la República de Polonia se dividió entre el Tercer Reich y la URSS. Cientos de miles de ciudadanos polacos fueron deportados a Rusia o arrestados. Entre ellos se encontraban varios miles de prisioneros de guerra polacos, que luego desaparecieron sin dejar rastro. Todos ellos fueron prisioneros de la URSS, que ante la perspectiva en 1941 de una guerra con el Tercer Reich (Hitler había atacado a la URSS el 22 de junio) firmó el Acuerdo Sikorski-Mayski en Londres, restaurando sus lazos diplomáticos con el gobierno polaco en el exilio. Sobre la base del pacto, los prisioneros de guerra polacos y otros prisioneros fueron liberados en toda la URSS. Decenas de miles de civiles, mujeres y niños, incluidos miles de huérfanos, viajaron con ellos a Buzuluk y Totskoye en el centro de Rusia, donde se estaba formando un ejército polaco bajo el mando del general Anders. Rápidamente, más de 25.000 prisioneros de guerra e internos fueron llamados al ejército, al igual que más de 16.000 polacos que habían sido liberados de las prisiones, campos de trabajo y haciendas de la NKVD. Y esto fue sólo el comienzo: muchos miles más estaban apareciendo en los puntos de reclutamiento, para quienes el ejército representaba su única oportunidad de huir de la URSS. Sin embargo, no aparecieron unos cuatro mil oficiales polacos. Los rumores hablaban de asesinatos en masa, de un tren lleno de prisioneros de guerra que se había atascado y congelado durante una tormenta de nieve. Un testigo afirmó que 400 prisioneros de guerra, habían sido fusilados. Otros informes llegaron de varios cientos de prisioneros congelados al norte del río Kozhva y de un incidente en el que 750 personas perecieron cerca de Ukhtizhemlag. Los relatos eran horrorosos, y cuando esos prisioneros no aparecieron se determinó la verdad de los rumores. Un relato de ese tiempo sostiene que entre el antiguo imperio zarista y la Unión Soviética, los rusos habían matado más polacos que en toda la historia. En abril de 1942, los soviéticos detuvieron por completo el reclutamiento para el ejército de Anders. Éste había contado que había sido la primera vez que había visto un desfile con soldados descalzos.

Desde los niveles de mando surgió la decisión de evacuar las tropas a Persia (el actual Irán). Las consecuencias provocaron que más de 114.000 personas abandonaran la URSS, tanto civiles como militares. Hasta el día de hoy, todavía se considera el mayor éxodo en la historia de la URSS. Pero los polacos que se quedaron fueron mucho más numerosos que los que se fueron. Poco después de la evacuación, los que aún estaban en la URSS se vieron obligados a adoptar la ciudadanía soviética. Se había formado un ejército irregular compuesto por más de 120.000 víctimas que habían sobrevivido al terror de Stalin. Anders, de hecho, condujo a sus hombres (y un pequeño ejército de mujeres y niños) durante un viaje de 12.500 kilómetros. El destino de este ejército era territorio británico: allí ellos se recuperarían y entrenarían para unirse a las tropas que lucharían en Italia contra los nazis. En 1942, los soldados del Ejército de Anders llegaron a Palestina. Entre los soldados judíos que fueron en este ejército se hallaba Menajem Begin, futuro primer ministro de Israel. Unos 3.000 de ellos lo abandonaron cuando llegaron a Palestina, en tanto que otros judíos de ascendencia polaca, una vez que llegaron allí, decidieron unirse y viajar con los polacos para luchar contra los alemanes en Italia. Y esta historia continúa…

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