En torno al Canto del pueblo judío asesinado, en judeoespañol, desde el CIDICSEF de Buenos Aires
JAVERES DEL KURTIJO – Itsjok Katzenelson, confinado en el gueto de Varsovia, escribe poemas noche y día en centenares de copias que llaman a la lucidez y a la resistencia frente al gran objetivo de exterminar y no dejar rastro. Luego, preso en el campo de internamiento en Vitell, Francia, al que había logrado huir con su hijo mayor gracias a la ayuda del movimiento clandestino judío, compone una elegía que canta el horror y lo oculta en tres botellas selladas que entierra bajo las raíces de un árbol, cuyas señas difunde entre sus compañeros que lo recuperan cuando el campo es liberado. En esta ocasión, oiremos algunas reflexiones de su editor traducidas al judeoespañol.