Entender Sefarad (20ª parte): nace la Inquisición española


MILÍM: LA HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – Para 1450 la mayoría de la población judía se ha convertido al catolicismo. El rápido ascenso social y económico de gran parte de los conversos, los llamados “cristianos nuevos” genera una profunda envidia y rencor en la población, las feroces luchas entre grupos de la nobleza dan cuenta de los problemas que se han generado. En 1480 con la llegada de los Reyes Católicos a Sevilla se organiza el tribunal inquisitorial bajo la dirección de frailes dominicos.

Fueron detenidos por esta razón, y a requerimiento de la Inquisición algunos de los más importantes y ricos personajes de Sevilla, eran 24. Baer cuenta que en los primeros días quemaron vivos seis hombres y mujeres, y luego otros tres. Los apellidos judíos que cita son Ben Susán, Benadeba y Abolafia. El historiador de aquella época, Andrés Bernáldez relata que entre 1481 y 1483 se quemaron más de 700 personas entre hombres y mujeres, en tanto que fueron perdonadas unas 5.000 personas con diferentes penas. De acuerdo a lo contado por Bernaldez, “todos los conversos denunciados eran judíos, lo mismo ocurrió en Córdoba, Toledo, Burgos, Valencia Segovia y toda España”

Esto escribió Bernáldez.

“Todos eran judíos, e estaban so aquella esperanza que tuvo el pueblo de Israel cuando estuvo en Egipto, que aunque avían de los egipcianos muchos majamientos, esperaban que Dios los avía de sacar entre ellos, como después los sacó con mano fuerte y braço extendido. E así ellos (los conversos) tenían lo que los cristianos eran los egipcianos, e peores; e creían que Dios milagrosamente los sostenía e los defendía, e tenían que por mano de Dios avían de ser acaudillados, visitados e sacados de entre los cristianos, e llevados a la sancta tierra de promisión”.

Muchos de los conversos perdonados (y mediante fianza cuando pudieron) se fueron, refugiándose entre nobles de Andalucía, de allí emigraron a los países musulmanes, “para ser judíos, como antes lo eran”, otros se fueron a Portugal y a Roma. Otros volvieron a Sevilla Y esta historia continúa.

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