Entender Sefarad (23ª parte): el padecimiento de los expulsados
MILÍM: HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – Ciertamente hemos utilizado reiteradamente el término tragedia para referirnos a lo que les sucedió a los judíos que fueron expulsados de los reinos de España en 1492. Tal vez sea porque no miramos la historia como una letra muerta que nos describe un pasado tan lejano que al ser tan distante no nos provoca ninguna emoción. Pero en nuestro caso, la historia está protagonizada por personas, por gente, y para lograr ponerse en su lugar basta con imaginarse como se sentiría cualquiera de nosotros al recibir una orden de expulsión de los lugares donde vivimos. Ciertamente mucha gente podrá hablarnos de eso, y del trauma que representa, porque aún ahora muchísima gente lo ha padecido recientemente o en este mismo momento. Pero como lo señala el historiador Henry Kamen, esa fue una decisión sin precedentes en la historia europea. “Los judíos que habían sido expulsados de otros países en época medieval habían sido minorías muy reducidas; en España habían sido durante siglos parte integrante, significativa y próspera de la sociedad”. Este historiador considera que probablemente los judíos expulsados no fueron mucho más de 90.000. Él considera que no todos los judíos se fueron, y de los que se fueron muchos tuvieron que volver antes de 1499; en ese año también se prohibió el retorno. Después de 1492, los reinos ibéricos que permitían la presencia de judíos fueron Portugal y Navarra.
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