MILÍM:HISTORIA DE LAS DIÁSPORAS, CON ALICIA BENMERGUI – La Expulsión de los judíos de España y la existencia de la Inquisión ha producido páginas y páginas de libros de historia especialmente en los últimos tiempos. Lo que no puede dejar de señalarse es que aún en algunos historiadores españoles más objetivos y con una mirada bastante benevolente sobre los judíos, entre ellos Domínguez Ortiz, o Caro Baroja, o algunos otros, siempre es posible observar un dejo de prejuicio, la insinuación sobre que en realidad los judíos han sido desterrados porque algo en sus conductas los condujo a ese destino.
Lo mismo ocurre con respecto a la Inquisición, lo que afirman muchos de esos investigadores y aun aquellos que simpatizan con los judíos, ya lo contaremos en otro momento, es que el espíritu de los inquisidores era un rasgo heredado del judaísmo en su intolerancia, en su intransigencia con respecto a otras religiones. Parece que no se han tomado el tiempo de reflexionar sobre el sentimiento que inspiró las Cruzadas, sobre la crueldad de la Guerra Santa, que se cebó no solo en los judíos que halló a su paso, sino que generó un odio irreconciliable con el cristianismo bizantino o con los musulmanes que también las padecieron.
Ya le daremos las citas exactas sobre todas esas opiniones que expresan viejos prejuicios involuntarios. Hay otros historiadores, que no son españoles, que nos brindan un visión más amplia de los problemas que aquejaban a la Iglesia de aquellos tiempos y que culminaron tan trágicamente para los judíos, que desde el Siglo XIII hasta el Siglo XVIII fueron perseguidos y excluidos en Europa como un peligroso enemigo interior. Esta historia continuará.