“Ernst Toller: Teatro expresionista”, con Juan Antonio Hormigón
EL TELÓN Y LA ESTRELLA – Alemán -nacido en Prusia Oriental-, judío (de posible origen sefardí, nos revela Juan A. Hormigón), voluntario en la I Guerra Mundial, antibelicista tras la contienda, el poeta y dramaturgo Ernst Toller es alguien a reivindicar también por su apoyo a la República española y su estrecha vinculación con nuestro país.
Toller, a quién la subida de los nazis al poder pilla en Zurich, no resiste la victoria del fascismo en nuestro país y se suicida poco después del fin de la Guerra Civil…tanta fue su implicación con la suerte de los españoles, tanto su compromiso plasmando en un teatro expresionista no partidista, sí político, del que nos habla Juan Antonio Hormigón director de la Asociación de Directores de Escena de España. Una asociación que ahora edita Teatro expresionista: «La transformación / Hombre-Masa / ¡Hurra, estamos vivos!» de Ernst Toller, en edición de César de Vicente Hernando, a un siglo de la aparición de La transformación, la obra más conocida de, afirma Hormigón, “uno de los autores fundamentales del teatro expresionista”
ADE. Cien años después del estreno de La transformación, esta obra emblemática del expresionismo alemán –convertida ya en un clásico– sigue llamando la atención porque en ella convergen la escritura desatada del radicalismo político, un estilo en el que se mezcla lo onírico y el realismo más descarnado, y una estética de lo grotesco inserta en un radical romanticismo.
El teatro de Ernst Toller (1893-1939) trató de dar forma a algunos de los grandes conflictos de la época revolucionaria que caracterizan el primer cuarto del siglo XX: desde los problemas derivados de la industrialización y el maquinismo hasta la configuración de un nuevo horizonte social, pasando por la tensión dialéctica entre lo individual y lo colectivo, la reflexión sobre la violencia y la estructura de una moralidad humanista contraria a la razón instrumental del capitalismo, temas que abordan las dos obras que completan el volumen: Hombre-Masa y ¡Hurra, estamos vivos!