LA ENTREVISTA – Carmit Aviram es una israelí afincada hace cuatro años en la provincia de Málaga. Pero su vida, como la de no ya cualquier otro israelí sino también cualquier otro judío allí donde viva, cambió a partir del fatídico 7 de octubre último. Si bien recuerda que durante los primeros días siguientes al pogromo encontró muchos apoyos en sus vecinos y conocidos no judíos, pronto la situación empezaría a cambiar radicalmente, lo que la ha llevado a ver, por una parte, cómo muchos ya ni siquiera la saludaban y, por otro, necesitaba acercarse a otros correligionarios en la zona. Desde entonces ha participado y organizado cuatro manifestaciones en Málaga para recordar algo que los medios de comunicación hace tiempo que olvidaron: que aún quedan más de un centenar de secuestrados de los que se ignora siquiera si están vivos o muertos. Es un ejemplo de la angustia que inunda las almas de todos los israelíes que viven fuera del país, cuyas vidas han cambiado y no están dispuestos a callar.
Es hora de no callarse, con Carmit Aviram
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