NOTICIAS CON COMENTARIO A DOS – La crónica diaria de Pascal Roy desde Jerusalén comienza hoy con un recuerdo a dos víctimas cuyos cadáveres han sido reconocidos, ambas mujeres: una chica soldado de 19 años, y una activista por la paz y el feminismo de un kibutz cercano a la franja de Gaza, lo que nos lleva a la conclusión de que el ataque de los terroristas estuvo especialmente dirigido a encarnizarse con las mujeres y los pacifistas de la zona. Pero más indignante todavía es que aún haya quienes se nieguen a ver la realidad de los hospitales convertidos en refugio de terroristas, lanzaderas de misiles contra civiles, y para encerrar rehenes secuestrados (como atestiguan los biberones abandonados). Más al sur y al este, la ciudad de Eilat sigue en el punto de mira de los hutíes del Yemen y sus misiles, afortunadamente interceptados, mientras la frontera norte sigue con su ritmo intenso de ataques de provocación de Hezbolá a los que el ejército israelí solamente contesta, sin «entrar al trapo», como dicen los taurinos. Donde no cesan tampoco las hostilidades es en Cisjordania, especialmente en ciudades como Tulkarem, en enfrentamientos armados de seguidores de Hamás contra las fuerzas del orden. Ni tampoco cesa la actividad diplomática, ahora con la visita del canciller israelí y representantes de las familias de los secuestrados a las sedes de Cruz Roja y la Organización Mundial de la Salud (OMS, institución cuyos carteles están en los sótanos militarizados de alguno de los hospitales gazatíes). Al respecto, cabe añadir que ahora todos están pendientes de la retirada definitiva de los médicos y enfermos del hospital central, Shifaa, desde cuyos sótanos se accede a los túneles subterráneos del comando central de Hamás en recorren las entrañas de todo el enclave como un tumor en metástasis. En la imagen la soldado Noa Marciano de 19 años y la activista Vivian Silver.