EL MICRÓFONO DE ALICIA PERRIS – A veces hay que dejar hablar a los interesados, en este caso a una artista traumatizada, que encontró en el psicoanálisis y en Sigmund Freud la respuesta para intentar curar muchas de sus heridas fundacionales, y finalmente llegó a sublimarlas en un corpus artístico impresionante. Por eso la han escogido para esta muestra el Museo Judío de Nueva York, no por compartir religión, ya que Louise no era judía (aunque su marido y uno de sus hijos sí), sino por el parentesco emocional e ideológico que la unió al universo del creador del psicoanálisis y sus geografías.
“Ustedes se preguntarán cómo es que dentro de una familia de clase se considerara a una amante como un elemento más del mobiliario; pues bien, la razón es que mi madre toleraba esta situación, y ahí es donde radica el misterio. ¿Por qué lo hacía? ¿Y cuál era mi papel en este juego? Yo era un peón. Se suponía que Sadie (la niñera) estaba ahí para ser mi maestra, cuando en realidad, madre, tú me utilizabas para saber los pasos de tu marido. A eso se le llama abuso infantil”. Estas palabras de la escultora se complementan muy bien con las que siguen a continuación: “Una hija constituye una decepción. Cuando se traía una hija a este mundo, tenía que ser perdonada. Así, por ejemplo, se perdonó a mi madre gracias a que yo era la viva imagen de mi padre. Ese fue mi primer golpe de suerte. Quizás esa fuera la razón por la cual él siempre me trató como al hijo que siempre había deseado tener. Además, yo estaba suficientemente dotada como para satisfacer a mi padre y ésta sería la segunda condición afortunada de mi infancia”.
Tras esta presentación especial, mi invitación para que dibujen y redondeen cada uno su propia Louise Bourgeois, un territorio inabarcable. Escuchando el aria de Casta Diva de Vincenzo Bellini por María Callas, que también tuvo relaciones parentales conflictivas, lo que redundó en unas inapropiadas elecciones de pareja. Y la sacerdotisa Norma, impía y sublimada…Y ahora un secreto a voces: con la presencia omnipotente y vigilante de los padres se vive regular. Sin ella seguramente peor. Es el modelo, un cierto canibalismo ritual mutuo. ¡Que haya salud y paz! Shalom!
Alicia Perris