Fasc-influencer
LA PALABRA – El reportaje televisivo y fotográfico reaparece durante días en los medios españoles y del mundo judío: una concentración de unos 300 neonazis españoles rinde homenaje a las tropas de los voluntarios nacionales que se alistaron en la llamada División Azul para combatir junto a los nazis en la invasión de la Unión Soviética, con su parafernalia de símbolos inequívocos y negacionismo (del Holocausto y, ahora además, de la pandemia). Hasta aquí, algo habitual en España, tanto por el carácter como por el reducido número de seguidores. Pero esta vez se da voz a una chica de apenas 18 años que escupe sin freno los más terribles estigmas antisemitas clásicos del nazismo, que se resumen en “el judío es el culpable”. Llama la atención no sólo que se haya dado voz en un acto semejante a alguien tan joven, sino su lenguaje corporal: hagan el experimento de verla pronunciar sus terribles injurias quitando el audio. Parece que estuviera participando en algún reality show o un espacio del género vulgarmente denominado telebasura. La chica ha sido entrevistada por algunos medios y no sólo no se arrepiente de lo dicho, sino que denota una voluntad irrefrenable de protagonismo mediático, asegurando que está dispuesta a ir a la cárcel y allí escribir un libro. Estamos, sin duda, ante una nueva especialidad del fenómeno de los llamados influencers, esta vez con un mensaje fascista, la primera fasc-influencer española.
No quisiera darle más publicidad, pero resulta que la odiadora visceral de “el” judío (aunque en las entrevistas asegura que no tiene nada que reprochar a “los” judíos), ostenta dos apellidos que aparecen en las listas de los utilizados por judíos españoles convertidos por la fuerza. Recogiendo algunas frases de lo vertido en la sección de genealogía de Radio Sefarad respecto al apellido paterno, resulta que éste proviene de una palabra árabe y que los judíos que adoptaron este apellido serían descendientes de la tribu de Judá, es decir judíos en todos los sentidos. En cuanto a su apellido materno, en una frase del estudio genealógico se indica que las mujeres con el mismo y que son de origen judío destacan por su belleza. Recomendaría a la muchacha que antes de seguir forjando su “zona de influencia” investigue (ya que ha comenzado a estudiar historia) las partidas de bautizo familiares, no sea cosa que se tope con el descalificador “cristiano nuevo” que la pondría a ella misma en la diana del estigma. Ya un destacado líder del partido neonazi griego Amanecer Dorado descubrió lo mismo. Los judíos somos tan perversos que incluso infectamos retroactivamente el pasado de la buena gente que quiere “solucionarnos”.
Esto en cuanto a la sujeto. Desgraciadamente, la cosa no acaba en la comprobación del auge de la extrema derecha y de la creciente “normalización” de su discurso de odio. Entre los comentaristas de un programa televisivo he oído (y sentido un escalofrío) sugerir que el escándalo mediático suscitado no es por lo que siempre han sido y representado estos grupos, sino porque se animaron a meterse con los judíos, y eso a mí me huele muy pero que muy mal, y tiene una lectura entrelíneas muy antisemita desde lo que se supone que es el espectro democrático y más culto. Me gustaría poder decir, como algunos aconsejan: lo mejor es no darles mayor trascendencia, pero creo que por cerrar los ojos no desaparecen los monstruos.
Jorge Rozemblum
Director de Radio Sefarad