FILMOTECA, CON DANIELA ROSENFELD –
Meira (Hadas Yaron), una joven madre y esposa, ya no se siente cómoda viviendo según los estrictos preceptos religiosos de la comunidad judía ortodoxa de Montreal, y no sabe muy bien cómo salir de ese mundo, que por otro lado es el único que conoce. Un día encuentra a Félix (Martin Dubreuil), un gentil en pleno duelo por la muerte de un padre con el que nunca tuvo afinidad. Son dos inadaptados, dos solitarios que rompen los moldes de lo que se espera de ellos y que intentan escapar juntos. Son dos almas perdidas que se atraen y que pese a tener orígenes y creencias religiosas diferentes, es más lo que les une que los que les separa y que viven en el mismo barrio de Montreal.
Meira es la actriz israelí Hadas Yaron, que vuelve a interpretar el papel de una ortodoxa judía jasídica, y consigue dar credibilidad y captar la atención como lo hiciera en “Llenar el Vacío” de la directora Rama Burshtein. Es una joven esposa y madre de una hija, descontenta con su matrimonio y con su vida, que se rebela en secreto contra su fe escuchando música soul y tomando píldoras anticonceptivas.
El actor canadiense Martin Dubreuil es Félix, un solitario que está en duelo por la reciente muerte de su padre, de quien se había distanciado. Un día se encuentran por casualidad, él se fija en ella y aunque Meira en un principio lo rechaza, comenzarán a reunirse en secreto y pronto surgirá un afecto mutuo que se irá transformando y creciendo hasta llegar a plantearse la idea de comenzar una vida juntos lejos de las restricciones de la vida jasídica. A medida que su relación avanza, cada vez resulta más difícil para Meira seguir ocultando su relación y su marido comienza a sospechar. Esta tensión llevará a Meira a tomar una decisión que ponga fin a esta situación.
El director aprovecha el entorno multicultural de Montreal para plantear el tema, huyendo por completo del melodrama y la violencia. Los actores alternan en sus diálogos varios idiomas: ídish, francés, inglés, y en algún momento también se escucha hablar en castellano, otro reflejo de la pluralidad.
Giroux, en la rueda de prensa posterior a la presentación del filme en el Festival de San Sebastián, ha señalado: “Félix y Meira es un póster de culturas entremezcladas pero no tiene intención de ser moralista”. “Es una historia honesta entre dos personas que están perdidas, que se ayudan para tratar de salir adelante, una cuestión que es universal”. La película responde a su afán por “conocer y aprender de todo” por lo que pensó que sería interesante acercarse a la comunidad ultraortodoxa que vive en su mismo barrio de Montreal.
“No es un documental, pero he intentado acercarme lo más posible, por lo que he hablado con miembros de la comunidad jasídica, que sin embargo rehusaron colaborar cuando supieron que se trataba de rodar una película”. “El cine y la televisión son impensables para ellos”, ha destacado el director, que sí contó, no obstante, con la ayuda de alguna familia que cedió su apartamento y elementos rituales.
Lucer Twersky, el actor que interpreta al marido de Meira, es el único del equipo que habla ídish y es al que le ha resultado más fácil interpretar a su personaje, ya que perteneció a una comunidad jasídica y fue educado para ser rabino. Twersky fue el encargado de traducir el guión al ídish y enseñar esta lengua a Hadas Yaron, que también tuvo que aprender algo de francés para trabajar en esta película. Giroux quería utilizar el ídish en el filme para construir un retrato lo mas real posible, para evitar que los personajes “no parecieran simplemente disfrazados”.
Felix y Meira es una historia de amor sutil, en la que los protagonistas intentan encontrar su camino y que conmueve sin apelar a golpes bajos ni sentimentalismos.