“Frente al mar. En el sanatorio” de David Vogel, con Gerardo Lewin

SEFER: DE LIBROS Y AUTORES –  Dos novelas breves del outsider David Vogel, con -asegura Gerardo Lewin- “un fuerte componente de historia personal”. La racionalidad contra el instinto, la moral contra el sexo, el papel de las mujeres: atormentadas, adultas, en pie de igualdad en su desoladora realidad,  son algunos de los temas que recorren las páginas de Frente al mar y En el sanatorio, con sus personajes de entreguerras, “enfermos del espíritu”. Unos personajes y unas situaciones “retratados a pincel fino, puntillista” por el genio de Vogel.

Minúscula Ed. Escrita en París en 1932, Frente al mar es la historia de una pareja que pasa el verano en un pueblo de la Costa Azul, en un pequeño hotel regentado por una mujer acogedora y expansiva. Relato de atmósfera con toques de Scott Fitzgerald, consigue transmitir cómo las pequeñas y aleatorias decisiones que se toman en la vida pueden conducir a situaciones dramáticas. El talento de David Vogel queda patente sobre todo en los silencios, en lo no dicho, como se aprecia también en la otra narración incluida en este volumen, En el sanatorio, la primera obra de ficción de Vogel. El relato, de 1927, se desarrolla en un hospital austríaco para tuberculosos de origen judío. Los enfermos van de la cama a la tumbona, se sientan al sol envueltos en mantas y contemplan las montañas nevadas. El aislamiento, el examen obsesivo de sus síntomas y las relaciones que se van tejiendo entre ellos se describen con mano maestra. El sugestivo impresionismo de la escritura de Vogel recrea el ambiente algo rarefacto de una institución en la que hombres y mujeres viven en pisos separados, bajo la estricta vigilancia del personal.

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